Es posible que usted desee optar por agua en lugar de esa Coca-Cola la próxima vez que salga a cenar.
Un nuevo estudio publicado el martes en el journal JAMA Internal Medicine encontró que los refrescos, independientemente de si contienen azúcar o edulcorantes artificiales, pueden aumentar el riesgo de mortalidad prematura e incluso pueden estar relacionados con la enfermedad de Parkinson.
El estudio monitoreó a más de 450,000 adultos europeos de 10 países europeos – Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Suecia y el Reino Unido – durante 19 años.
Los hallazgos revelaron que aquellos que bebieron dos o más vasos de refresco al día, regular o de dieta, con un vaso definido como igual a aproximadamente 250 mililitros, tuvieron un mayor riesgo de muerte prematura en comparación con las personas que bebieron menos de un vaso de refresco al mes. De hecho, aquellos que bebieron refrescos endulzados con azúcar diariamente tuvieron mayores posibilidades de morir de enfermedades digestivas, mientras que aquellos que bebieron refrescos endulzados con edulcorantes dieteticos diariamente tuvieron un mayor riesgo de morir de enfermedades cardiovasculares.
“Nuestros resultados para los refrescos endulzados con azúcar proporcionan más apoyo para limitar el consumo y reemplazarlos con otras bebidas más saludables, preferiblemente agua”, uno de los autores del estudio, Neil Murphy, quien también es científico de la International Agency for Research on Cancer, dijo recientemente a Reuters. “Para los refrescos endulzados artificialmente (con edulcorantes sinteticos dieteticos), ahora necesitamos una mejor comprensión de los mecanismos que pueden ser la base de esta asociación, y es de esperar que investigaciones como la nuestra estimulen estos esfuerzos”.
El estudio también encontró que aquellos que consumieron uno o más vasos de refresco regular o dietética al día tenían más probabilidades de morir por la enfermedad de Parkinson, un trastorno del sistema nervioso que afecta el movimiento. Sin embargo, la posible relación entre el Parkinson y el consumo de refrescos debe ser examinada más a fondo.
“No tenemos una hipótesis predominante sobre la relación que observamos”, dijo Murphy al The American Journal of Managed Care. “Es posible que este resultado sea espurio. Ahora se requieren estudios epidemiológicos y experimentales adicionales para investigar más esta asociación”.
Fuente: Sputnik