Salud

Ameba mortal devoradora de cerebro se extiende en los Estados Unidos a través de sistemas de agua potable

Los casos de una “ameba que come cerebro” reportados en el sur de Estados Unidos han comenzado a propagarse hacia el norte a través de los sistemas de agua potable del país, en un desarrollo preocupante para los funcionarios de salud que ya luchan contra la pandemia del coronavirus.
Según un nuevo estudio, la ameba unicelular que come cerebro, conocida como Naegleria fowleri (N. fowleri) se ha estado extendiendo implacablemente hacia el norte en las últimas cuatro décadas.
Investigadores de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) rastrearon las cuatro décadas de muerte de la N. fowleri en el sur de los Estados Unidos y observaron que los casos están ocurriendo en latitudes más altas, probablemente debido a los efectos del cambio climático.
El número de casos se ha mantenido igual año tras año, pero la distribución geográfica es motivo de preocupación. La ameba N. fowleri causa una infección cerebral devastadora y a menudo mortal llamada primary amoebic meningoencephalitis (PAM).

Ameba “COME-CEREBRO’ encontrada en agua de grifo mata a niño de 6 años en Estados Unidos

La ameba se encuentra en agua dulce cálida, como lagos, ríos y embalses. En cada caso, el agua contaminada sube por la nariz de una persona, desde la cual la infección se extiende hacia el tronco cerebral del paciente a través de sus nervios olfatorios.
Las infecciones se han desplazado hacia el norte en aproximadamente 8.2 millas (13.3 kilómetros) por año, y los casos en el estudio se remontan a 1978, todos los cuales estaban vinculados a la exposición recreativa al agua.
Los investigadores también observaron temperaturas promedio diarias más altas registradas en las dos semanas previas a cada infección.

“Es posible que el aumento de las temperaturas y el consiguiente aumento en el uso recreativo del agua, como la natación y los deportes acuáticos, puedan contribuir a la epidemiología cambiante del PAM”, escribieron los autores.

Desafortunadamente, actualmente no existe una prueba rápida de la presencia de N. fowleri en el agua, por lo que el único consejo de salud pública en la actualidad es evitar el agua dulce caliente durante los períodos de buen clima o, alternativamente, que los nadadores se tapen la nariz o la mantengan por encima del agua.

Fuente: RT