La trama se complica en el caso del ex marine estadounidense que fue detenido por cargos de espionaje en Rusia antes del Año Nuevo. Ha surgido que Paul Whelan también posee pasaportes del Reino Unido e Irlanda, y tal vez uno canadiense.
El estadounidense fue arrestado en un hotel de lujo con vistas al Kremlin en Moscú por el Federal Security Service (FSB) antes del Año Nuevo. El fue puesto bajo custodia y acusado de espionaje unos días más tarde, enfrentando entre 10 y 20 años de prisión si es declarado culpable.
Whelan es un ex marine de los Estados Unidos, que trabajó como director de seguridad para BorgWarner, un importante fabricante de piezas de automóviles con sede en Michigan. Whelan había estado visitando Rusia desde 2007 y esta vez llegó para asistir a la boda de un amigo, según su familia. Al parecer, le gustaba el país, tenía un perfil en un sitio web de medios sociales de Rusia e incluso un dominio básico del idioma ruso.
Los US Marines le dieron a Whelan, quien realizó dos estancias en Irak, la baja por mala conducta en 2008 por acusaciones de robo. Este detalle, hecho público después de su arresto, fue una sorpresa para la familia. También se reveló que es ciudadano de al menos cuatro países (Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y Canadá), todos los cuales emitieron declaraciones sobre su detención.
El hombre de 48 años nació en Ottawa, Canadá, de padres británicos, con su familia originaria de un área cercana a Birmingham en el Reino Unido. Se mudó a los Estados Unidos cuando era niño. Diplomáticos canadienses dijeron que Whelan tenía maple leaf citizenship, pero su hermano David no pudo confirmar si todavía tenía el pasaporte canadiense.
Después de que Estados Unidos exigiera el acceso consular a su ciudadano, la solicitud fue rápidamente otorgada por Rusia. El embajador estadounidense Jon Huntsman, visitó a Whelan en detención y le dijo a la familia que el hombre estaba bien.
El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, dijo que la “terrible” experiencia de Whelan estaba siendo seguida de cerca en Londres.
“Nuestra posición es muy, muy clara … los individuos no deben usarse como peones de influencia diplomática. Necesitamos ver cuáles son los cargos en su contra para entender si hay un caso o no”, dijo Hunt. “No descartamos ninguna teoría en esta etapa en cuanto a por qué esto podría haber ocurrido”.
Varias horas después, la República de Irlanda intervino, y el Departamento de Relaciones Exteriores le dijo a The Independent que Whelan también era un ciudadano irlandés y que estaba listo para “brindar toda la asistencia posible y apropiada” en su caso. Las misiones británicas e irlandesas en Moscú también han solicitado acceso consular a Whelan.
El abogado del sospechoso dijo que su cliente fue tratado “profesional y humanamente” por los investigadores rusos. La defensa también ha apelado la decisión del tribunal de retenerlo en prisión sin fianza, calificando la medida de “excesiva”.
Los detalles sobre las actividades de espionaje de Whelan en Rusia y su arresto pueden ser escasos en este momento, pero parece que los medios de comunicación ya lo han resuelto todo.
El New York Times dijo que la CIA casi nunca envía a sus oficiales a Rusia sin proteccion diplomática, mientras que John Sipher, ex agente clandestino de la CIA que trabajó en Moscú, insiste en que Whelan no encaja en el perfil de un espía, según NPR.
CNN dijo que los 20 años que el espía acusado podría enfrentar en Rusia darían “mucho tiempo para ser intercambiado por … Maria Butina (estudiante rusa detenida ilegalmente en Estados Unidos)”.
CBS sugirió que el ex marine “es un peón en el juego de Rusia para recuperar a una de sus espías, Maria Butina”, aunque la estudiante rusa en realidad no fue acusada de espionaje. MSNBC le preguntó a David Whelan si creía que el arresto de su hermano “fue una represalia, ¿fue una venganza de los rusos?”
Butina es una activista rusa que fue arrestada en los Estados Unidos en julio y finalmente se declaró culpable de trabajar como agente extranjero sin el registro adecuado. La joven de 30 años pasó meses en régimen de aislamiento y se quejó de condiciones cercanas a la tortura, como ser privada de sueño por la noche. Los principales funcionarios de Rusia han criticado muchas veces el arresto de Butina, calificándolo de motivación política, pero insistieron en que la mujer nunca tuvo ningún vínculo con el Kremlin.
Fuente: RT