La inteligencia rusa ha afirmado que frustró un sofisticado complot de espías ucranianos para secuestrar varios aviones caza rusos. Un funcionario de seguridad y un piloto, que se dice que fueron blanco de los agentes de Ucrania, han compartido detalles de la operación con RT.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha agregado sensacionalmente que una figura destacada de la organización de investigación financiada por el gobierno de Estados Unidos, Bellingcat, que se presenta como un grupo periodístico, también estuvo involucrada en el plan, que cree que fue “supervisado por agencias de inteligencia de NATO”. El FSB señaló específicamente con el dedo a los operativos británicos.
El FSB explicó que a los pilotos rusos se les prometieron pasaportes de los Estados miembros de la Unión Euopea y recompensas sustanciales en efectivo para participar en el complot.
Al principio del conflicto en curso, los ucranianos compilaron una lista de equipos militares rusos, utilizando información disponible públicamente. Ellos prometieron recompensas monetarias para los posibles desertores que lograran traer el equipo con ellos. Cuanto más avanzadas eran las armas, mejores eran las recompensas prometidas, con aviones de combate, helicópteros y tanques obteniendo el pago máximo de hasta 1 millón de dólares.
Cuando la convocatoria pública de desertores fracasó, el servicio de seguridad de Ucrania apuntó directamente a los militares rusos individuales, en particular a los pilotos. Aparentemente, rastrearon e identificaron a los pilotos a través del rastro digital que dejaron en línea, dijo un agente del Servicio de Seguridad Ruso (FSB) a la reportera de RT TV Maria Finoshina. Ucrania parecía estar específicamente interesada en los cazabombarderos rusos Su-34 y los aviones estratégicos Tu-22M3, según la fuente.
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Un piloto de Su-34 que fue blanco del complot dijo a RT que inicialmente se mostró reacio a hablar con los espías ucranianos, creyendo que la promesa de 1 millón de dólares por robar aviones de combate y desertar a Ucrania era una broma. Después de darse cuenta de que sus interlocutores se tomaban en serio la propuesta, avisó a la inteligencia rusa, que luego monitoreó las conversaciones posteriores.
“Inicialmente, por supuesto, lo tomé como una broma, pero después de un período de conversación, quedó claro que estaba tratando con representantes del servicio de inteligencia ucraniano y sus socios occidentales”, dijo el piloto. “Además, se suponía que debía obtener pasaportes de los estados europeos y se me prometió una vida cómoda en el extranjero.”
Los agentes de inteligencia de Ucrania aparentemente creían que los pilotos rusos con los que contactaron estaban listos para cometer traición y secuestrar sus propios aviones de combate, poniéndolos en contacto con un piloto ucraniano para discutir detalles técnicos.
“Ellos creían tanto en la posibilidad de organizar el secuestro que revelaron el diseño de sus sistemas de defensa, mapas de altitud y mucha otra información útil para nosotros”, dijo el piloto ruso, y agregó que la información obtenida de los ucranianos se utilizó durante la operación militar.
Para probar que los pilotos realmente pudieran llevar a cabo el secuestro y tuvieran acceso a los aviones de combate específicos, la inteligencia ucraniana les exigió pruebas de video. A los pilotos se les pagaba entre 4,000 y 7,000 dólares por video, que los mostraba subiendo a los aviones mientras sostenían hojas de papel con números específicos.
Dado que la mayoría de las transacciones financieras entre Rusia y países extranjeros han sido fuertemente restringidas bajo las sanciones occidentales, los pilotos serían pagados en efectivo a través de una elaborada red de mensajeros. El FSB dice que ha detenido al hombre que supuestamente había contratado a los mensajeros para entregar el dinero, y el sospechoso hizo una revelación bastante inesperada.
Rusia designa a Bellingcat como organizacion indeseable
El intermediario afirmó que había recibido órdenes directamente de Christo Grozev, el “investigador principal de Rusia” búlgaro de Bellingcat, una controvertida organización financiada por el Estado occidental que fue calificada de “indeseable” en Rusia a principios de Julio. Rusia ha cuestionado repetidamente la ‘independencia’ del grupo de investigación, citando sus estrechos vínculos con las agencias de inteligencia.
“Grozev… en realidad no me explicó nada, solo me dijo el nombre del mensajero que entregaría el dinero en tren”, afirmó el sospechoso.
La supuesta participación de Grozev no es la única sugerencia de influencia occidental en el secuestro de los aviones rusos. Durante las negociaciones con los pilotos, la inteligencia ucraniana pudo obtener dos pasaportes legítimos de la Unión Europea, uno eslovaco y otro rumano, para las esposas de los pilotos, como garantía para los aspirantes a “desertores”.
Dejar a Rusia con tales documentos habría convertido de inmediato a las familias de los pilotos en “rehenes” de la inteligencia ucraniana, dijo el agente del FSB a RT, ya que “los métodos de chantaje, amenazas y presión sobre los familiares” han sido una práctica estándar para ellos.
“Obviamente, la operación en sí se llevó a cabo con el apoyo de los servicios de inteligencia occidentales y, principalmente, británicos. Sabemos sobre la participación de Grozev y el MI6 no solo por estas declaraciones”, agregó, afirmando que la inteligencia ucraniana había “dejado de ocultar” recientemente sus vínculos con espías extranjeros.
La trama también describía un elemento aún más oscuro, ya que se suponía que los aspirantes a desertores debían lidiar de alguna manera con sus compañeros de tripulación, se reveló. Mientras que el Su-34 tiene dos tripulantes, el Tu-22M3 tiene cuatro.
Según los informes, la inteligencia ucraniana sugirió que los pilotos rusos deberían drogar a sus camaradas con Clophelin (Clonidine), un medicamento utilizado para tratar la presión arterial alta y otras dolencias. En dosis altas, sin embargo, tiene un fuerte efecto sedante, lo que hace que la droga sea “popular” entre los delincuentes que desean noquear a sus víctimas para robarlas. Las dosis muy altas también pueden ser letales.
Dado que el medicamento no es fácil de conseguir en Rusia, se dice que la inteligencia ucraniana ha organizado un sistema de entrega indirecto que involucra la sustancia. El FSB dice que más tarde recuperó un alijo del producto.
“Como piloto, me pidieron que noqueara a mi copiloto, y no está claro qué pasaría con él después de eso, incluso si lo mantendrían con vida”, dijo el militar ruso.
Según la información del FSB, la parte ucraniana insistió en que los miembros de la tripulación traicionados estarían a salvo y serían intercambiados como prisioneros de guerra más adelante. El piloto ruso, sin embargo, expresó fuertes dudas al respecto.
Fuente: RT