Los especialistas en guerra electrónica de Rusia practicarán la creación de “áreas de protección” en el espacio aéreo de Rusia que podrían volver completamente inútiles los sistemas de navegación satelital extranjeros, desactivando las armas de alta precisión de un enemigo.
Según el diario moscovita Izvestia, citando una fuente en el Ministerio de Defensa ruso, las tropas de guerra radioelectrónica practicarán el uso de la tecnología durante los ejercicios de este año, con la práctica que se llevará a cabo en todo el país en 2022.
El sistema, conocido como Field-21, crea interferencia que desorienta los sistemas de navegación satelital extranjeros, incluido el GPS NAVSTAR estadounidense. Según los expertos, la creación de zonas especiales podría utilizarse para proteger instalaciones militares, así como zonas industriales, haciendo que el espacio aéreo sea prácticamente impenetrable. Los expertos creen que el nuevo sistema de guerra electrónica aumentará radicalmente la seguridad nacional.
Con la navegación satelital inhabilitada, las armas enemigas de alta precisión y los drones no podrán dirigirse hacia su objetivo.
“Los sistemas de guerra electrónica golpean varios sistemas de misiles de crucero a la vez”, dijo el historiador militar Dmitry Boltenkov a Izvestia. “La inhabilitación de la navegación por satélite hace que se ‘pierdan’ en el espacio y reduce drásticamente su precisión. Si se suprime la señal de radio altímetro, la munición tampoco podrá realizar su misión de combate como se esperaba”.
Las tropas radioelectrónicas ya se han desplegado en Siria, donde se ha creado una cúpula de protección de guerra electrónica sobre las áreas de Tartus y Khmeimim, protegiendo al ejército ruso de los ataques de aviones no tripulados de terroristas. Rusia ha estado involucrada en la Guerra Civil siria desde 2015, cuando fue invitada por el gobierno sirio en Damasco, dirigido por el presidente Bashar Assad, para ayudar a luchar contra una insurgencia terrorista en el país.
En el Extremo Norte de Rusia, el poderoso sistema Murmansk-BN se ha desplegado en la costa ártica, y es capaz de interferir con los sistemas de comunicación, navegación y control de barcos, submarinos y aviones que cruzan ilegalmente la frontera. En Marzo de 2019, el Ministerio de Defensa noruego se quejó oficialmente con Rusia, afirmando que la tecnología de interferencia rusa está afectando la seguridad en el propio espacio aéreo de Noruega.
Fuente: RT