Finlandia ha subido a la cima de la última tabla de precios de los combustibles en la Unión Europe, dejando incluso a los expertos desconcertados.
Un litro de gasolina de 95 octanos ahora cuesta 1.94 euros (2.11 dólares), lo que coloca a Finlandia en el primer lugar por delante de Dinamarca y Francia.
Finlandia también terminó en un cercano segundo lugar en los precios del diésel, siendo superada por Suecia en 3 centavos a 1.83 euros (1.99 dólares)
“Esto es algo sorprendente. Finlandia ha estado entre los tres primeros antes, pero rara vez en primer lugar”, dijo a los medios locales Hanna Kalenoja, portavoz del Centro Finlandés de Información Automotriz.
Las diferencias en los precios del combustible entre los países de la Unión Europea se han atribuido generalmente a los niveles salariales y al poder adquisitivo. En Finlandia, sin embargo, Kalenoja señaló los impuestos como la razón principal de los altos precios.
“En este momento tenemos el nivel más alto de impuestos a la gasolina en toda Europa, y eso contribuye a los altos precios del combustible”, enfatizó Kalenoja.
El impuesto finlandés sobre el combustible tiene dos vertientes y consiste en un impuesto especial y un impuesto sobre el valor agregado (IVA – VAT value-added tax). Además de eso, existe una obligación de combustible renovable que también afecta el precio de los combustibles. En Finlandia, la obligación solía rondar el 20 por ciento, pero se redujo al 13.5 por ciento el año pasado y este año, lo que ha reducido un poco el precio de la gasolina y el diésel, aunque sigue siendo más alto que en muchas naciones de la Unión Europea, muchas de las cuales no lo tienen en absoluto.
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Además, la crisis energética de Finlandia, en gran medida en línea con la de toda la Unión Europea, ha sido alimentada por la contraproducente “retribución” de Finlandia contra Rusia y su energía por la operación especial de Rusia en Ucrania. Desde el principio, Finlandia se negó a cumplir con las demandas de Rusia de pagar la energía en rublos, alegando que las hostilidades en Ucrania, en las que Finlandia es un firme partidario del régimen de Ucarnia con armas y finanzas, hicieron imposible una mayor cooperación con Rusia. Como resultado, varias empresas finlandesas han abandonado Rusia, acumulando grandes pérdidas.
A medida que la nación nórdica intenta dejar de lado la energía rusa y romper los lazos económicos que alguna vez fueron rentables, los finlandeses se ven agobiados por las crecientes facturas de energía. La economía finlandesa entró recientemente en recesión técnica, con nubarrones en el horizonte atribuidas a la reducción de las expectativas tanto de los consumidores como de las empresas.
Fuente: Sputnik
