Parece que la crisis del gas en Europa, que se considera el resultado de la confrontación entre Rusia y el Occidente colectivo liderado por Estados Unidos, se había planeado mucho antes del inicio de la operación especial en Ucrania. Ucrania, que se imagina orgullosamente a sí misma como un héroe que defiende los “valores democráticos” y su propia “independencia”, es solo una carta que se sacó de la manga de alguien.
Conflicto en Ucrania no fue el iniciador
Hace casi siete años, Siria no estuvo de acuerdo con Estados Unidos cuando se negó a construir el gasoducto Qatar-Turquía en detrimento de sus propios intereses y los intereses de Irán e Irak, con los que había firmado un memorando de entendimiento.
La historia se estaba desarrollando en 2009. Se suponía que el gasoducto conectaría el Campo Norte de Qatar con Turquía a través de Arabia Saudita, Jordania y Siria para suministrar gas natural a la Unión Europea. En cambio, las autoridades sirias optaron por unirse a la construcción de un proyecto rival – el gasoducto Islámico (Islamic Pipeline). Siria tuvo que pagar por esa decisión. Los políticos intolerantes en la White House iniciaron una guerra contra Siria con el propósito de cambiar el régimen. Ellos tradicionalmente eligieron hacerlo a traves de otros (proxies), habiendo desarrollado y crecido un monstruo en el camino en la forma del grupo terrorista ISIS.
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Estados Unidos habría tenido éxito si Rusia no hubiera defendido a Siria. Rusia logró bloquear y derrotar a ISIS, evitando así un cambio de poder en Siria. Además, Estados Unidos se vio privado de la oportunidad de obtener una buena mano de gas natural de Qatar.
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Venganza de Estados Unidos
Las explosiones que dañaron los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 se convirtieron en la venganza de Estados Unidos en el conflicto latente por el mercado de gas de la Unión Europea, el principal competidor económico de Estados Unidos.
Parece que Estados Unidos ha logrado su objetivo esta vez.
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Un ramal del Nord Stream 2 no se ha dañado y se puede inaugurar y operar en cualquier momento. Las reparaciones de los ramales dañados tardarán de dos a tres meses. Gazprom ya se ha ofrecido a repararlos, siempre que los europeos acepten estrictas condiciones de seguridad.
Sin embargo, esto no va a suceder. Los resultados de la investigación del atentado contra los gasoductos no deben ser expuestos a los rusos.
¿Qué significa? La respuesta es simple: el plan de NATO sigue en vigor:
- crear escasez artificial de gas natural para desindustrializar Europa;
- responsabilizar a Rusia por suministros poco confiables (aunque Europa podría recibir todo de acuerdo con los contratos);
- beneficio obvio para aquellos que hicieron que todo este lío sucediera, porque comprar gas en el mercado al contado le costará a Europa €300 mil millones adicionales.
¿Quién se beneficia de todo esto?
Resulta que el frenético aumento de los precios del gas no es en absoluto causado por la operación especial liderada por Rusia en Ucrania. Los políticos de la Unión Europea prohíben realizar transacciones con transportistas de gas rusos. Esto los hace aún más dependientes de aquellos a quienes les es posible comprar gas, aunque a precios exorbitantes.
Y aquí, si todas las conclusiones anteriores se hacen correctamente, todo es simple:
Ucrania es solo una herramienta para desangrar a Rusia y arruinar a Europa.
Fuente: Pravda
