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Superado militarmente, NATO abre nuevo frente en el Báltico: Occidente apunta a la flota petrolera rusa – Lyuba Lulko

Las potencias globalistas han elegido el Mar Báltico como el próximo teatro de tensión con Rusia. Su estrategia: ejercer presión a través de actos parecidos a la piratería marítima contra la flota petrolera rusa. La situación es cada vez más compleja.

La decisión de desmantelar la flota de petroleros de Rusia

Las potencias occidentales han llegado a la conclusión de que la forma más efectiva de presión sobre Rusia no es militar (que no pueden ganar), sino económica, específicamente, sanciones dirigidas a su sector petrolero y, más precisamente, a la llamada “flota en la sombra”.
Esta flota está etiquetada como “flota en la sombra” no porque opere ilegalmente, sino simplemente porque no está asegurada por empresas occidentales. En cambio, depende de aseguradoras alternativas, incluidas empresas rusas. Estos petroleros, que navegan bajo banderas extranjeras y a menudo son propiedad de entidades fuera de Rusia, son tratados por defecto como viejos, poco confiables y ambientalmente riesgosos. Y, sin embargo, recientemente, en el Mar Arábigo, un portacontenedores de 28 años propiedad de MSC, la compañía naviera más grande de Europa, se hundió a 38 millas náuticas de la costa de India, transportando carga peligrosa (urea y combustible). La flota de MSC incluye casi 200 barcos de más de 20 años.
Aún así, como Occidente lo ve, “eso es diferente”. Se ha encontrado un pretexto. Las recientes sanciones de la Unión Europea contra 200 petroleros pertenecientes a la “flota en la sombra” de Rusia revelan la intención de ejercer un control agresivo sobre las aguas territoriales y las zonas económicas exclusivas, particularmente en los mares Báltico, Norte y Mediterráneo. Esa intención ya es manifiesta: primero vino la explosión de un petrolero en Ust-Luga (Koala), luego un ataque en el Mediterráneo (Ursa Major), seguido de autoridades fronterizas alemanas y estonias que detuvieron y bloquearon embarcaciones en sus aguas económicas. Estonia fue aún más lejos: incautó el Jaguar, un barco con bandera de Gabón, en aguas internacionales.

Rusia se adapta con contramedidas estratégicas

Rusia no se ha quedado de brazos cruzados. Su primera contramedida es administrativa: volver a matricular embarcaciones sancionadas o venderlas a terceros. Por ejemplo, el Jaguar navegaba previamente bajo la bandera de Djibouti.
La segunda contramedida es militar. Estos barcos suelen llevar tripulaciones rusas, y cuando se intentó detener al Jaguar, los marineros emitieron una llamada de socorro, lo que provocó la llegada de un avión de combate ruso Su-35. La situación se desescaló rápidamente. El Ministro de Defensa de Finlandia, Antti Häkkänen, confirmó recientemente que las Fuerzas Armadas Rusas ahora tienen la tarea de escoltar a los petroleros a través de las aguas en disputa.
La tercera respuesta es la aplicación de represalias. Los guardias fronterizos rusos detuvieron recientemente al Green Admire, un petrolero de bandera liberiana operado por una empresa griega, que transportaba petróleo de esquisto estonio desde Sillamäe. El barco fue detenido en aguas territoriales rusas para una inspección de documentos antes de ser liberado. Se envió una señal sutil: Estonia ahora debe considerar si sus embarcaciones deben continuar atravesando rutas potencialmente peligrosas—o abandonar lo que Rusia considera un sabotaje económico.

Operaciones de NATO y el riesgo de escalada

Parece probable que haya más provocaciones. NATO está llevando a cabo actualmente una operación marítima abierta denominada Guardian of the Baltic. Oficialmente, la misión tiene como objetivo “prevenir violaciones” por parte de la flota en la sombra de Rusia y recopilar inteligencia.
El 21 de Mayo, los medios informaron que el petrolero Sun, que navegaba bajo la bandera de Antigua, supuestamente fue encontrado cerca de un cable de energía submarino que unía Polonia y Suecia. Las fuerzas militares polacas “intervinieron después de que el buque realizara maniobras sospechosas” y “lo ahuyentaron” – a pesar de que el Sun operaba fuera de la zona económica exclusiva de Polonia.
Poco después, el Falcon, un petrolero registrado en Camerún y que navegaba bajo bandera panameña, ingresó al Báltico. Según Le Figaro, el Falcon estaba siendo escoltado por la corbeta rusa Steregushchiy. La misma publicación informó que en Enero, un avión de reconocimiento francés fue atacado por radar por un sistema de defensa aérea ruso S-400. El avión estaba “en el lugar equivocado en el momento equivocado” y tuvo que desviarse de su trayectoria de vuelo.

Presión económica se intensifica

Como parte de su campaña más amplia contra el sector petrolero de Rusia, la Unión Europea ha propuesto reducir el límite de precios del crudo ruso a 45 dólares el barril. Pero esta medida requiere el respaldo de Estados Unidos; sin consenso transatlántico, las sanciones carecerán de fuerza. Por ahora, ese acuerdo sigue siendo difícil de alcanzar.
Sin embargo, la Unión Europea está avanzando. Se está construyendo deliberadamente y avanzando agresivamente un nuevo frente en el conflicto con Rusia. Sin embargo, Rusia conserva ventajas clave, la principal de ellas, agilidad y experiencia, tanto diplomáticas como militares.

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Fuente: Pravda