Luego de que este 29 de enero el presidente Trump firmara el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, solo falta Canadá para que el acuerdo comercial se ponga en marcha. Las negociaciones que se llevan a cabo desde mayo de 2017 y los cambios del proyecto que se han hecho, han generado preocupaciones tanto a nivel político como social.
¡Alerta México! El neocolonialismo se reinventa en el acuerdo “comercial” T-MEС
Sputnik recopila diferentes puntos de vista de distintos expertos mexicanos respecto al proyecto del T-MEC, dado el gran privilegio que se le otorga a las empresas multinacionales de capital estadounidense en el nuevo esquema comercial.
Un formato parcial de negociación que lo debilitó
Tras una negociación dividida, que hizo que México y Estados Unidos acordaran distintas cláusulas que Canadá pudo negociar con Estados Unidos por su cuenta, se ahondaron las diferencias continentales.
Mientras Canadá pudo eliminar de su texto el capítulo que regula los procedimientos de disputa “inversor vs. Estado”, México lo mantuvo y eso provocará que siga siendo demandado internacionalmente por la inversión extranjera. Hoy es el séptimo país en el mundo con más demandas de este tipo.
En este mismo sentido, México aceptó la eliminación del mecanismo de solución de controversias que permite que los juicios se trasladen a las cortes locales de Estados Unidos, sujetando a México a las leyes de ese país y permitiendo una aplicación extraterritorial de las mismas. Una concesión que Canadá no aceptó.
Por otro lado, los inversionistas extranjeros conservan el “trato nacional” que habían ganado con el antiguo Tratado de Libre Comercio y se les aumentan los beneficios, dándoles la potestad de dar el visto bueno ante futuras legislaciones que México quiera sancionar.
Según el capítulo 28 del T-MEC, que está dedicado a las buenas prácticas regulatorias, se condiciona la aprobación de leyes nacionales y otras regulaciones que puedan “dañar sus intereses” a la revisión y discusión de los otros dos Gobiernos, así como de sus cámaras legislativas y las empresas y grupos financieros trasnacionales.
Ahonda la desprotección de la producción agrícola mexicana
México aceptó que no impondrá aranceles a la importación agrícola estadounidense, cuando las organizaciones campesinas vienen solicitando al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que grave cinco productos básicos que compiten deslealmente con los mexicanos.
Los artículos 3.A.3 que están referidos al comercio de productos de biotecnología agrícola, así como en las fracciones 9 y 10 del anexo 3-A — de comercio agrícola entre México y Estados Unidos — y el capítulo 9 del tratado referido a medidas sanitarias y fitosanitarias han sido denunciados por las organizaciones campesinas por ser “contrarios a varias disposiciones constitucionales en México, así como a compromisos internacionales en la medida que flexibilizan estándares técnicos” del país.
Se busca promover así un libre ingreso de productos transgénicos a México, renunciando a las salvaguardas de las instancias internacionales que avalan el principio de precaución.
En este sentido, el nuevo T-MEC obliga a México a entrar al acta UPOV 91, que cambia la legislación sobre la semilla, prohibiendo el uso propio de los campesinos así como el libre intercambio de semillas en pos de fortalecer el reconocimiento de patentes y pago de regalías a las cuatro empresas que monopolizan el negocio.
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El T-MEC también obliga a México a incorporarse al tratado de Budapest, que regula enzimas, hongos y virus, por lo que “las empresas oligopólicas buscan controlar la propiedad de toda la vida”, señaló el experto Alejandro Espinosa Calderón.
Promueve nuevos beneficios para las empresas estadounidenses en comercio, patentes y propiedad intelectual ya vencida
Por un lado, las reglas de origen para la producción automotriz incluidas en el acuerdo comercial obligarán a las empresas europeas y asiáticas a comprar su materia prima a las canadienses y las estadounidenses; un movimiento que hace que las empresas mexicanas no sean competitivas.
Además, el nuevo tratado otorga 10 años de “monopolio sobre biológicos” a las empresas farmacéuticas estadounidenses, que encarecerá el costo de las medicinas genéricas y tratamientos complejos en México.
También establece modificaciones en cuanto a los derechos de autor, dando a las compañías de internet la potestad de eliminar contenido, así como elimina facultades a los Estados, que quedan en una situación inferior a las corporaciones para impedir que estas utilicen la información personal de los ciudadanos.
Deja a México en un mundo más estrecho
El economista e investigador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM David Lozano señaló a Sputnik que las nuevas condiciones comerciales van a tener efecto también en los países con los que México tenía un “flujo comercial asegurado”.
El salmón, por ejemplo, que México compraba a Chile, se obliga a sustituirse por el producido en Estados Unidos. Lo mismo sucederá con otros productos sudamericanos que tenían a México como destino”, indicó el economista.
“El T-MEC va a tener efectos con los países con los que México tenía un comercio asegurado”, agregó en diálogo con este medio y estimó que la disminución del flujo comercial de México con respecto al resto del continente será del entorno del 40% menos.
Según el experto, Estados Unidos buscará restringir el campo de venta de los productos que le estaban haciendo competencia, como el café, tabaco y algunos productos cárnicos de alta calidad, que van a afectar directamente las exportaciones de Brasil, Ecuador y Colombia.
En este sentido, puede verse en el capítulo 13 del T-MEC que se establecen candados legales para que solo los países firmantes puedan venderle al Gobierno mexicano (limitando el Acuerdo de compras gubernamentales de la OMC) y favoreciendo “el aislamiento del mercado internacional y la dependencia de Estados Unidos”.
El corolario de esta limitante está presente en el capítulo 32 (Excepciones y disposiciones generales) que prohíbe a los tres países del bloque negociar tratados de libre comercio con países que no son considerados “economías de mercado”, refiriendo sin especificar a China y afectando las relaciones comerciales que se venían intensificando con el gigante asiático.
Finalmente, en el capítulo 33, que se titula Temas de política económica y tipo de cambio se agregó un nuevo elemento regulatorio de la política económica sobre el tipo de cambio que abre otro frente de injerencia estadounidense sobre la política económica de México.
Fuente: Sputnik