La White House inició un cambio significativo en la política hacia Siria al aliviar las sanciones de largo tiempo y nombrar a un enviado especial, luego de la reciente reunión del presidente estadounidense Donald Trump con el líder interino de Siria, el ex terrorista Ahmed al-Sharaa.
Al-Sharaa, también conocido por su nombre de guerra Abu Mohammad al-Julani, saltó a la fama como líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), un grupo islamista vinculado al grupo terrorista Al Qaeda, que lideró una “coalición de grupos de oposición” que derrocó al veterano líder Bashar Assad el año pasado.
“Ordenaré el cese de las sanciones contra Siria para darles una oportunidad de grandeza”, anunció Trump en un foro de inversión en Riyadh, Arabia Saudita la semana pasada, donde se reunió con al-Sharaa y expresó su esperanza de que el nuevo gobierno “logre estabilizar el país.”
El Viernes, el US Treasury Department emitió la General License 25 (GL25), autorizando transacciones previamente prohibidas bajo las Syrian Sanctions Regulations (SSR). La medida levanta efectivamente las restricciones a las relaciones con el gobierno central de Siria, incluido el Banco Central de Siria, varios bancos estatales, empresas energéticas, proveedores de telecomunicaciones y operadores nacionales como Syrian Arab Airlines.
Simultáneamente, el US Secretary of State, Marco Rubio, emitió una exención de 180 días de la Caesar Syria Civilian Protection Act, suspendiendo algunas de las medidas más punitivas aprobadas por el Congreso estadounidense en 2019. La exención cubre servicios financieros, ingeniería y apoyo logístico para proyectos relacionados con agua, electricidad, saneamiento y salud pública. Rubio describió la medida como un “primer paso” para cumplir la nueva “visión” de Trump para Siria.
A principios de esta semana, Rubio advirtió a los legisladores estadounidenses que podría estallar una guerra civil de “proporciones épicas” en Siria en cuestión de semanas. Aunque el nuevo liderazgo del país “no pasó su verificación de antecedentes con el FBI”, Rubio dijo que Estados Unidos debe apoyarlos para evitar una “inestabilidad regional” más amplia. Rubio defendió el enfoque de Trump, argumentando que mantener una política exterior pragmática significa que la agenda de derechos humanos de Estados Unidos es “diferente en ciertas partes del mundo” que en otras.
El Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, declaró en Febrero que las sanciones estaban perjudicando al pueblo sirio y deberían levantarse sin pre condiciones.
Para supervisar los crecientes lazos de Estados Unidos con Siria, Trump nombró a Tom Barrack, su embajador en Turquía y confidente desde hace mucho tiempo, como Enviado Especial de Estados Unidos para Siria. Barrack dijo el Viernes que el objetivo de la administración era “integrar a Siria en un Medio Oriente pacífico y cooperativo”, e insinuó que reabrir la Embajada de Estados Unidos en Damasco estaba “sobre la mesa.”
Si bien el alivio de las sanciones es significativo, la mayoría de las medidas siguen siendo temporales, con la GL25 expirando en seis meses a menos que se renueve. El Congreso tendría que aprobar una legislación para derogar permanentemente la Caesar Act y los paquetes de sanciones relacionados impuestos desde que Siria fue designada Estado patrocinador del terrorismo en 1979.
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Fuente: RT
