Terremotos devastadores sacudieron el sur de Turquía y el noroeste de Siria el 6 de Febrero, y el número de muertos superó los 36,000 el lunes. Mientras decenas de miles de víctimas han quedado heridas o sin hogar, la ayuda ha tardado en llegar a Siria en medio de desafíos arraigados en sus casi 12 años de conflicto, impulsado por Occidente.
La entrega de ayuda muy necesaria para las víctimas del terremoto en partes de Siria se ha visto obstaculizada por “problemas de aprobación” por parte del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que controla la zona norte, según un portavoz de las Naciones Unidas.
El grupo terrorista alojado en el noroeste de Siria y anteriormente conocido como Frente al-Nusra se ha negado a permitir la entrada de envíos desde áreas de Siria controladas por el gobierno legítimo del Presidente Bashar al-Assad. Mientras que el gobierno sirio en Damasco anunció la semana pasada que estaba preparado para canalizar la ayuda a la zona, particularmente afectada por el desastre natural, una fuente del grupo terrorista, citada por los medios, insistió en que la ayuda al norte llegaría de Turquía.
“Turquía ha abierto todos los caminos y no permitiremos que el régimen se aproveche de la situación para demostrar que está ayudando”, dijo la fuente citada por los medios de comunicación estadounidenses.
Mientras tanto, un convoy de ayuda humanitaria de la región noreste de Siria, liderada por los kurdos y respaldada por Estados Unidos, también fue devuelto el 9 de Febrero.
Impulsado por la urgencia de la situación, el Presidente sirio Bashar al-Assad acordó permitir las entregas de ayuda de la ONU al noroeste de Siria a través de dos cruces fronterizos adicionales desde Turquía – Bab Al – Salam y Al Ra’ee – por un período de tres meses, dijo el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, el 11 de Febrero.
“La apertura de estos puntos de cruce, junto con la facilitación del acceso humanitario, la aceleración de la aprobación de visas y la facilitación de los viajes entre los centros, permitirá que ingrese más ayuda, más rápido”, declaró Guterres.
La decisión del presidente sirio se produjo después de una reunión a puerta cerrada con el jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, en Damasco, según informes de prensa anteriores.
Mientras los países y las agencias humanitarias han instado a que se levanten las aplastantes sanciones occidentales contra Siria para “permitir el acceso” de la ayuda, Estados Unidos se ha negado a levantar sus sanciones de la Caesar Act u otras restricciones contra Siria. Parte de las paralizantes sanciones unilaterales, esta legislación estadounidense en particular, que data de 2019, apunta al gobierno y las empresas sirias con severas sanciones.
En cambio, según el portavoz del US State Department, Ned Price, Estados Unidos trabajará con las ONGs en el terreno, que “necesitarán tener acceso para poder cruzar la frontera” para proporcionar ayuda.
China exige el fin de las sanciones de Estados Unidos a Siria después de terremotos mortales
Después de 12 años de conflicto, Siria continúa sufriendo debido a las políticas occidentales destructivas y egoístas implementadas en su contra, encabezadas por Estados Unidos. Cuando la guerra civil impulsada por Occidente comenzó en 2011, fracturó el país en facciones que buscaban derrocar al gobierno de Bashar al-Assad. Aunque la victoria sobre Daesh se anunció en 2017, las misiones antiterroristas, el arreglo político y la restauración del país aún enfrentan una gran cantidad de desafíos.
Mientras Assad reafirmó el control sobre la mayor parte del país al oeste del río Éufrates, partes de la gobernación de Idlib han sido ocupadas por rebeldes islamistas respaldados por Turquía. Además, el gobierno de Siria se ha visto privado de las provincias orientales ricas en petróleo, donde las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos ejercen el control.
Fuente: Sputnik