El pasado 1 de marzo el presidente ruso, Vladimir Putin, pronunció un discurso ante el Parlamento ruso, en el que envió una serie de advertencias claras a Estados Unidos y otros países occidentales no sólo en relación a un posible ataque contra Rusia sino también en relación a un posible ataque contra sus aliados.
El discurso de Putin no fue ordinario, sino que estuvo basado en datos de inteligencia fidedignos acerca de un potencial ataque contra Siria por parte de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido en vísperas de la ofensiva de la Guta Oriental. De este modo, Putin envió este mensaje de advertencia: un ataque contra cualquiera de sus aliados sería considerado como un ataque contra la propia Rusia y “la respuesta sería inmediata con todas las consecuencias” que la imaginación hollywoodiense de los estadounidenses pudiera concebir. Según los expertos, la protección de Siria e Irán estaban incluidos en esta advertencia.
Putin habló también del desarrollo del misil nuclear Sarmat de 200 toneladas, y de un misil de crucero que lleva una pequeña microcentral eléctrica que le permite llegar a cualquier parte del mundo. También se refirió a las armas hipersónicas, que pueden alcanzar cualquier parte del mundo y a drones submarinos.
Todas estas armas son muy modernas y necesitan un lugar donde probarse. Los últimos aviones, misiles, tanques y otras armas del Ejército ruso han sido probadas en Siria, en la guerra contra el terrorismo. Muchos de estos misiles son costosos y tienen un carácter estratégico.
En un momento en el que el eje occidental (Estados Unidos, Francia y el Reino Unido) estaba incrementando la presión sobre Siria, Putin hizo el anuncio de las nuevas armas y el compromiso de Rusia con sus aliados. Pocos días después, él señaló que el tema de las armas químicas no era más que un pretexto y que Siria no había usado tales armas ni lo pensaba hacer. Esta declaración puso fin así a las amenazas lanzadas por Estados Unidos y Francia justo después de que el propio Pentágono afirmara que no tenía ninguna prueba de que tales armas hubieran sido usadas, como los grupos terroristas buscaron hacer creer.
Tales declaraciones rusas supusieron un duro golpe a los intentos desesperados estadounidenses y franceses de fabricar un pretexto para atacar Siria y ayudar a los terroristas cercados en la Guta Oriental.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, dijo en una declaración que la operación en la Guta Oriental era necesaria e inevitable, lo que significa que una decisión final había sido adoptada por las autoridades de Siria, con el apoyo de Rusia e Irán, para tomar esta región, cuya liberación tendrá un efecto devastador para los enemigos regionales e internacionales de Siria y sus mercenarios.
Fuente: Al Manar