El ministro de petróleo de Siria ha condenado a las fuerzas estadounidenses por actuar “como piratas” mientras Estados Unidos continúa saqueando la mayor parte de la riqueza petrolera del noreste de Siria rico en recursos, donde el Pentágono respalda a los grupos de milicias kurdas.
“Los estadounidenses y sus aliados están saqueando la riqueza petrolera Siria y sus tanques petroleros al igual que piratas”, dijo el Ministro de petróleo y Recursos Minerales Bassam Tomeh a la televisión estatal esta semana, agregando que la medida está diseñada para paralizar la economía de Siria, que depende de los ingresos del petróleo.
“Lo que ha sucedido durante toda la guerra en Siria no ha sucedido en ningún país, en términos de impedir que aprovechemos nuestros recursos de riqueza y al mismo tiempo impedir que los productos básicos lleguen a nuestro país.”
Tomeh dijo que el daño total infligido al sector petrolero Sirio debido a la ocupación estadounidense supera los 92 mil millones de dolares, señalando que Estados Unidos actualmente controla el 90% de los recursos petroleros en la región noreste de Siria.
En una entrevista el mes pasado con el periódico libanés Al-Akhbar, El gobernador de la provincia nororiental de Hasakah, Ghassan Khalil, dijo que los militantes kurdos respaldados por Estados Unidos estaban robando 140,000 barriles de petróleo crudo todos los días de los campos petroleros de la zona. Khalil afirmó que los militantes kurdos luego utilizaron camiones cisterna para contrabandear el petróleo a través de la frontera hacia Irak.
Desde al menos 2015, el Pentágono ha ofrecido apoyo directo a las Syrian Democratic Forces (SDF), una facción dominada por los kurdos que controla un territorio significativo en el noreste de Siria. Los propios Estados Unidos mantienen ilegalmente una fuerza de alrededor de 900 soldados en el país, la mayoría integrados junto a las SDF.
Mientras que los funcionarios estadounidenses sostienen que la presencia militar en Siria, que es ilegal según el derecho internacional, está destinada a evitar el resurgimiento del Islamic State (IS, anteriormente ISIS), el ex presidente Donald Trump a menudo habló con franqueza sobre los deseos de apoderarse de la riqueza petrolera de Siria.
“Estamos manteniendo el petróleo – recuerden eso”, dijo el entonces presidente Trump en Octubre de 2019. “Yo siempre he dicho eso: ‘quédate con el petroleo. Queremos conservar el petróleo. ¿Cuarenta y cinco millones de dólares al mes? Quédate con el petroleo.”
Aunque Trump abandonó en gran medida la presión del ex presidente Barack Obama para derrocar al presidente sirio Bashar Assad – que vio a Estados Unidos inyectar cientos de millones de dólares a grupos militantes vinculados a los yihadistas -, defendió repetidamente la ocupación de los campos petroleros sirios mientras expandía esa política.
El año pasado, la administración Trump facilitó un acuerdo entre las SDF y una empresa petrolera estadounidense llamada Delta Crescent Energy, según Politico y otros medios. La compañía está encabezada por un ex embajador de Estados Unidos en Dinamarca, James Cain, así como un oficial retirado de la Delta Force elite del Ejército y un ex ejecutivo petrolero del Reino Unido. En protesta por el continuo saqueo de los campos petroleros, Siria rechazó el acuerdo “en los términos más enérgicos”, calificándolo de “nulo y sin valor”.
Si bien la administración estadounidense de Joe Biden ha señalado que ya no priorizaría la ocupación de los recursos petroleros sirios, apenas el mes pasado, los medios de comunicación locales en idioma árabe informaron que las fuerzas estadounidenses estaban construyendo un nuevo aeropuerto junto al campo petrolero de Al-Omar, donde Estados Unidos mantiene una instalación militar. Casi al mismo tiempo, el portavoz del Pentágono, John Kirby, aclaró que el Departament of Defence tiene “prohibido” cooperar con las compañías petroleras en el terreno “excepto cuando sea apropiado bajo ciertas autorizaciones existentes”, sugiriendo que Biden podría continuar la práctica de forma limitada. Un portavoz de la coalición liderada por Estados Unidos, el Coronel Wayne Marotto, reiteró esa postura más recientemente, aunque no mencionó la laguna citada por Kirby.
Funcionarios sirios, incluido el propio presidente Assad, han condenado el robo del petróleo sirio por Estados Unidos en varias ocasiones, incluso prometiendo acciones legales. Poco después de la toma de posesión de Biden, el Enviado de Siria ante la ONU, Bashar Al-Jaafari, suplicó al nuevo presidente que retirara las fuerzas estadounidenses y dejara de ocupar los campos petroleros.
“La nueva administración estadounidense debe detener los actos de agresión y ocupación, el saqueo de la riqueza de mi país, retirar sus fuerzas de ocupación de él y dejar de apoyar a las milicias separatistas, las entidades ilegales y los intentos de amenazar la soberanía de Siria”, dijo Jaafari.
Biden ha mostrado hasta ahora poco interés en retirarse de Siria, lanzando una serie de ataques aéreos contra grupos de milicias con base en el país el mes pasado, aunque los funcionarios estadounidenses han dicho que están revisando la presencia de tropas allí.
La guerra de una década ha cobrado un precio masivo en el sector petrolero de Siria, lo que subraya el efecto adverso de la continua ocupación estadounidense. Según un informe de British Petroleum, la producción total de petróleo en Siria cayó en más del 90% entre 2011 y 2019, o de 353,000 barriles por día a solo 24,000 barriles por día.
Fuente: RT