La suerte del Primer Ministro libanés Saad Hariri y las purgas en Arabia Saudíta siguen atrayendo la atención de los medios británicos.
En el periódico britanico The Independent, Robert Fisk publicó un articulo titulado “Saad Hariri’s resignation as Prime Minister of Lebanon is not all it seems”.
Fisk señala que el primer ministro libanés, Saad Hariri, no tenía intención de dimitir y poco antes de u último viaje a Riyadh había planeado varias entrevistas con responsables del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional así como varios encuentros sobre la mejora de la calidad del agua potable del país.
Fisk revela que el primer ministro libanés viajo a Arabia Saudíta después de recibir una llamada telefónica de Riyadh que le convocó urgentemente a una reunión con el rey Salman. Dado que Saad Hariri, al igual que su difunto padre Rafiq Hariri, posee la nacionalidad saudí, además de la libanesa, el hombre fue inmediatamente a Riyadh. Él no podía rechazar así la solicitud del rey para un encuentro, incluso si la había conocido solo unos días u horas antes.
Fisk confirmó que cuando el avión de Hariri aterrizó en Riyadh, la primera cosa que él vio fue un gran número de policías que rodearon la aeronave, y cuando desembarcó lo primero que hicieron fue confiscarle el teléfono celular y todo el equipo de comunicaciones que poseían sus guardaespaldas y compañeros. De este modo, el Primer Ministro Hariri fue silenciado, según Fisk.
Fisk se refirió a lo que está pasando en Arabia Saudíta, calificando la situación allí de “dramática”, dado que las autoridades han arrestado a 11 príncipes saudies, incluyendo a Walid bin Talal y Muttab bin Abdulá, así como a cuatro ministros y un gran número de altos oficiales y autoridades. También han congelado unas 1,700 cuentas bancarias.
Fisk añade que Bin Salman quiere hacer caer al gobierno libanés y expulsar del mismo a Hezbollah y luego provocar una nueva guerra civil en el Líbano, pero el periodista británico señala que nada de esto tendrá lugar “porque los libaneses son menos ricos que los saudíes, pero mucho más inteligentes que ellos”. “Todos los grupos políticos en el Libano demandan una sola cosa: el retorno de Hariri de Arabia Saudí”, señaló Fisk.
Fuente: The Independet