Israel esta siendo anfitrio del World Holocaust Forum, que marca los 75 años desde que las tropas soviéticas liberaron el campo de exterminio nazi en Auschwitz. Sin embargo, la política actual ha proyectado una sombra sobre la ocasión solemne.
Delegaciones de 49 países asistirán al evento principal en el complejo conmemorativo de Yad Vashem el jueves por la tarde, para recordar el Holocausto y expresar su compromiso con la lucha contra el antisemitismo en el futuro.
Ofendido por el hecho de que el presidente ruso Vladimir Putin fue invitado como orador principal en la ceremonia y el no lo fue, el presidente polaco, Andrzej Duda, se negó a asistir. Él hablará en la propia conmemoración de Polonia el lunes. Polonia está envuelta en una amarga disputa con Rusia sobre las causas y consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.
Hablando en una cena de estado el miércoles, el presidente israelí Reuven Rivlin ha tratado de suavizar las cosas, instando a los políticos a “dar forma al futuro” y “dejar la historia para los historiadores.”
Los medios israelíes han señalado que esta será la mayor reunión de diplomáticos en la historia del país. El primer ministro Benjamin Netanyahu tiene una serie de reuniones bilaterales alineadas en los pasillos del evento – incluidos el presidente ruso Vladimir Putin, el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence y el presidente francés Emmanuel Macron.
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La gran cantidad de VIPs ha creado un gran problema para Yad Vashem, ya que su sala principal solo puede albergar a 780 personas. Con más de la mitad de eso reservado para las delegaciones visitantes, sólo una fracción de los estimados 100,000 sobrevivientes del Holocausto que actualmente viven en Israel podrán asistir.
Yad Vashem estima que alrededor de un millón de judíos murieron en Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de una campaña de la Alemania nazi para exterminar a los judíos europeos que cobro un estimado de seis millones de vidas, llegando a ser conocido como el Holocausto, o Shoah en hebreo.
“Una motivación nazi central para la guerra fue un odio hacia los judíos”, dijo Yehuda Bauer, un historiador de 95 años y asesor de Yad Vashem, a los invitados en la cena del miércoles, calificándolo de “creencia profunda” de que los alemanes eran amenazados por la quimera “de una cábala secreta, de un judaismo internacional inventado, que controla tanto Oriente como Occidente. Esto cobró la vida de millones de no judíos como resultado, Bauer recordó, advirtiendo que todavía existen creencias similares en el mundo.
Fuente: RT