Japón se ha opuesto a la moratoria de la International Whaling Commission – IWC (Comisión Ballenera Internacional) durante muchos años, y utilizó un “vacio legal”, que permite la caza de ballenas para “investigación científica”.
La comunidad internacional ha denunciado el programa de caza de ballenas de la Antártida de Japón por no cumplir con los fallos de la IWC y ha pedido a Japón que detenga la caza. Japón supuestamente busca estudiar el comportamiento y la biología de las ballenas, y estableció un plan el mes pasado para matar 333 ballenas minke durante un período de cuatro meses. La Unión Europea y otras 12 naciones, por su parte, tienen motivos para creer que la matanza anual es por motivos comerciales.
“(Nosotros) expresamos conjuntamente … nuestra oposición a la continuación de la llamada cacería ‘científica’ de Japón en el Océano Austral”, dijeron las naciones en un comunicado.
“Nosotros seguimos resueltamente opuestos a la caza comercial de ballenas, en particular en el Santuario de Ballenas del Océano Austral establecido por la International Whaling Commission (IWC)”.
La International Whaling Commission prohibió la caza comercial de ballenas en 1982, y Japón presentó inmediatamente una objeción a la moratoria. Si bien está prohibido matar ballenas para la venta, una de las disposiciones del tratado fundacional de la IWC permite a los gobiernos emitir “permisos especiales” a sus residentes para la investigación científica. En 1994, el Océano Austral fue declarado santuario para las ballenas, y Japón presentó otra objeción. En 2014, la Corte Internacional de Justicia de La Haya declaró ilegal la caza japonesa de ballenas en la Antártida, ordenando a Japón que cesara la caza y no emitiera ningún permiso. Japón, en respuesta, canceló la caza 2014-2015, pero la reanudó en 2016 con un nuevo programa antártico de “valor científico genuino”.
Fuente: Sputnik