A la hora de celebrar las maniobras Northern Coasts, los militares de NATO no coordinaron sus actividades con distintas organizaciones ecológicas de Alemania. Esta falta de cooperación resultó en la muerte de al menos 18 marsopas, también conocidas como cerdos de mar, que se encuentran en peligro de extinción.
Durante las maniobras, la Alianza Atlántica explotó un total de 42 minas, 39 de las cuales yacían en la reserva natural protegida de Fehmarn Belt, en la parte occidental del mar Báltico. Las explosiones dejaron cráteres de 15 metros de ancho y 1.5 metros en la profundidad y aniquilaron la mayor parte de los habitantes marinos en un radio de entre 10 y 30 metros.
Al menos 3,000 militares y 40 buques de 18 países de NATO participaron en los ejercicios Northern Coasts que fueron organizados por las Fuerzas Armadas de Alemania y se celebraron en septiembre de 2019.
Pasadas dos semanas tras las maniobras, los cadáveres de los cetáceos empezaron a subir a la superficie de su hábitat. El área del estrecho donde se llevaron a cabo las maniobras está estrictamente protegida por ecólogistas, pero NATO no coordinó sus actividades con ellos para ahorrar recursos, informó la Nature and Biodiversity Conservation Union (NABU).
El jefe de NABU, Leif Miller, declaró que actualmente existen tecnologías que permiten neutralizar eficazmente las minas sin causar daño al medio ambiente.
Ahora no se descarta la posibilidad de que los ecólogistas demanden a las Fuerzas Armadas de Alemania, una vez que la Universidad de Hannover presente los resultados de su investigación. Los activistas insisten en que los militares de NATO han violado la Ley Federal de Protección de la Naturaleza que obliga a las autoridades federales y provinciales a advertir a las instituciones competentes acerca de sus actividades con el objetivo de minimizar el daño.
Este no es el único caso en el que los militares de NATO se involucran en escándalos ecológicos. El Consejo de Defensa de Recursos Naturales de Estados Unidos ha enfrentado durante años en tribunales a la Flota estadounidense por el uso de radares acústicos submarinos que, según los científicos, provocan una muerte dolorosa en las ballenas. El Servicio Nacional de Pesca Marina de Estados Unidos aprobó el uso de estos aparatos en 2012. Cuatro años más tarde, un juez de California decretó que tales prácticas violan la Ley de Protección de Mamíferos Marinos.
Fuente: Sputnik