La ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet es la UN High Commissioner for Human Rights (UNCHR), elegida para el cargo en agosto de 2018.
Ella sucedió en el cargo a Zeid Raad Al Hussein, un miembro de la familia real jordana – hostil a la democracia en Venezuela y en todas partes.
El acusó falsamente al presidente Maduro de “uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva y detenciones arbitrarias contra manifestantes en Venezuela (sic)”, junto con “patrones de otras violaciones de derechos humanos, incluyendo redadas domiciliarias violentas, torturas y malos tratos a aquellos detenidos en conexión con las protestas en Venezuela (sic). ”
Sus comentarios siguieron a entrevistas con extremistas anti-bolivarianos, queriendo que su gobierno fuera derrocado. Al Hussein culpó irresponsablemente a las fuerzas de seguridad por hacer su trabajo, usando métodos de control de multitudes para sofocar la violencia, arrestando y encarcelando a los delincuentes callejeros – justo lo que hacen todas las sociedades para proteger a sus ciudadanos.
Al Hussein mintió diciendo que “la responsabilidad por las violaciones de derechos humanos que estamos registrando se encuentra en los niveles más altos del gobierno (sic)”.
Los Estados Unidos en complicidad con los fascistas venezolanos convirtieron las calles de Caracas en campos de batalla. En lugar de culpar a los perpetradores, Al Hussein condeno a los defensores de la ley y el orden junto con el gobierno de Maduro.
En junio de 2018, su oficina (Al Hussein) emitió un informe titulado ” Human rights violations in the Bolivarian Republic of Venezuela: a downward spiral with no end in sight “ (Violaciones de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela: una espiral descendente sin un final a la vista).
Al Hussein culpó falsamente a Maduro por los crímenes cometidos contra el estado y su gente, orquestados por fuerzas oscuras extranjeras, en particular la CIA, el National Endowment for Democracy que tiene el mandato de combatirlo globalmente, y la USAID.
El informe decía falsamente que “las violaciones de derechos humanos (eran) cometidas por las autoridades estatales … incluido el uso excesivo de la fuerza en operaciones de seguridad no relacionadas con la protesta, nuevos casos de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos, así como violaciones al derecho al nivel más alto posible de salud y a una alimentación adecuada “, agregando:
“Además, el informe documenta violaciones de derechos humanos, como presuntas ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y torturas y malos tratos cometidos por las autoridades estatales …”
“La información recopilada por la UNCHR indica que las violaciones de derechos humanos cometidas durante las manifestaciones forman parte de un patrón más amplio de represión contra los disidentes políticos y cualquier persona percibida como oposición, o que representa una amenaza, para el Gobierno”.
Toda la desinformación anterior y más en el informe son parte de la hostilidad occidental de largo tiempo hacia la socialdemocracia venezolana, especialmente por parte de Estados Unidos, que desea que el país regrese al estado de vasallo de los Estados Unidos.
Esta es la posición de línea dura de la UNCHR sobre Venezuela heredada por Michelle Bachelet en agosto pasado. Como presidenta de Chile durante ocho años, ella no cumplió las promesas hechas para alejar al país de ser uno de los mas desiguales socialmente del hemisferio – el legado de la dictadura de 17 años de Augusto Pinochet.
En marzo, ella acusó falsamente al gobierno de Maduro de convertirse en “un factor desestabilizador preocupante en la región” – fallando en culpar al verdadero culpable, a los regímenes estadounidenses, desde la co presidencia de Clinton hasta Trump, responsables de los abusos de los derechos humanos en Venezuela.
Bachelet mintió sobre lo que llamó “la continua criminalización de la protesta pacífica y la disidencia” en Venezuela, la sociedad más libre y abierta del hemisferio.
Ella mintió diciendo que las Venezuelan Special Actions Forces (FAES) fueron responsables de decenas de ejecuciones extrajudiciales, agregando:
Estas se llevaron a cabo “durante las redadas ilegales de casas realizadas por la FAES, que posteriormente informaron que la muerte fue resultado de un enfrentamiento armado …”Bachelet mintió expresando preocupación por las (inexistentes) “restricciones a la libertad de expresión y de prensa en Venezuela.”
Por invitación, ella visitó Venezuela la tercera semana de Junio pasado, diciendo el viernes 21 de Junio:
“Nosotros hemos llegado a un acuerdo con el Gobierno para que un pequeño equipo de oficiales de derechos humanos se establezca aquí, con el mandato de brindar asistencia técnica y asesoramiento, así como – lo que es más importante – continuar monitoreando la situación de los derechos humanos en Venezuela”.
¿Por qué ella no ha enviado un equipo para monitorear los principales abusos contra los derechos humanos en los Estados Unidos, otras naciones occidentales, naciones latinoamericanas con gobiernos de derecha, Israel, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto u otras dictaduras fascistas apoyadas por los Estados Unidos ( o en naciones atacadas por Estados Unidos y sus aliados como Siria, Afghanistan o Yemen) – en vez de enfocarse en la democrática Venezuela?.
Al expresar su preocupación por las dificultades sociales, económicas y financieras en el país, ella falló en culpar al verdadero responsible – dando poca importancia a la guerra total del régimen de Trump por otros medios, diciendo:
“Las causas de esta inmensa crisis económica, que ha aumentado dramáticamente desde al menos 2013, son múltiples, y he discutido con el Estado la necesidad de abordarlas de manera prioritaria con el apoyo de las agencias de la ONU que han sido capaces recientemente de fortalecer su presencia en Venezuela “.
“Me preocupa que las sanciones impuestas este año por los Estados Unidos a las exportaciones de petróleo y al comercio de oro están exacerbando y agravando la crisis económica preexistente”.
No existía una “crisis económica preexistente”. El enviado de Venezuela a Rusia, Carlos Rafael Faria Tortosa, explicó anteriormente que “como resultado del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos desde 2015 hasta el año pasado, los daños financieros a la economía de Venezuela totalizaron $ 130 mil millones”, agregando:
“El gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro está en medio de un conflicto muy desigual con el poder económico y militar más poderoso del mundo”.
Si los fondos robados fueran devueltos al país y la guerra de Estados Unidos terminara por otros medios, la normalidad regresaría a la república – a pesar de los bajos precios del petróleo.
Al pedir a Maduro que libere a los manifestantes en contra del gobierno – ella no explicó que están encarcelados por violencia callejera y otras acciones criminales – lo que ninguna sociedad tolera.
Lo que Bachelet debería haber enfatizado, acusando al régimen de Trump por los problemas de Venezuela, ella culpó en gran medida a Maduro al acusarlo falsamente de tener la responsabilidad de aquello sobre lo que él (Maduro) no tiene control.
La ONU sirve en gran medida a los intereses occidentales liderados por Estados Unidos, violando sus propios principios de la Carta de la ONU, culpando a las víctimas por los delitos cometidos en su contra.
Fuente: Pravda
