Un borrador de un acuerdo económico y de seguridad entre la República Popular de China y la República Islámica de Irán previamente filtrado por The New York Times continúa reverberando en los medios internacionales. El analista político iraní Mahan Yao explicó el alboroto sobre los acuerdos y arrojó luz sobre el cambio estratégico de Irán hacia el este.
El documento en lenguaje persa de 18 páginas prevé inversiones chinas multimillonarias en la economía iraní, así como considerables descuentos en petróleo para la República Popular de China. El acuerdo también incluye cooperación en materia de seguridad, intercambio de inteligencia y simulacros militares conjuntos. Al comentar sobre la filtración, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, admitió que su país había estado negociando una asociación estratégica de 25 años con China, y agregó, sin embargo, que los acuerdos aún no han sido aprobados por el parlamento iraní. La autenticidad del documento en cuestión no ha sido confirmada por Irán hasta el momento.
Por qué los países occidentales están sonando la alarma
La perspectiva de una colaboración sino-iraní a largo plazo ha provocado reacciones encontradas por parte de los observadores internacionales: asi, Foreign Policy afirmó que el acuerdo son “malas noticias para Occidente”, previendo una reorganización geopolítica en Oriente Medio y Asia, con China impulsando su posición en lugares estratégicamente importantes. Por su parte, War on Rocks cuestionó los acuerdos, alegando que aunque “los peligros reales y dañinos de la cooperación chino-iraní permanecen”, el gran diseño filtrado no parece ser una idea viable de todos modos.
El 2 de Agosto, el US Secretary of State, Mike Pompeo, se unió al coro de alarmistas, afirmando en Fox News que la entrada de China en Irán “desestabilizará el Medio Oriente” y pondrá a Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos “en riesgo”.
No hay nada particularmente sorprendente sobre los principales medios de comunicación occidentales y la oposición de los gobiernos occidentales al pacto chino-iraní, que simboliza un cambio decisivo hacia el Este por parte de Irán, explica Mahan Abedin, un veterano periodista y analista de la política iraní y del Medio Oriente.
“Durante más de 150 años Irán ha mirado a Occidente, y especialmente a Europa, para el comercio, la inversión, la educación y el compromiso general”, el dice. “Incluso la Revolución Islámica de 1979 no detuvo este proceso y en las últimas cuatro décadas se han desatado animados debates dentro de los círculos políticos iraníes en cuanto a la utilidad (o no) de un compromiso más profundo con Occidente. Pero el fracaso del acuerdo nuclear (JCPOA), junto con la impotencia europea frente al acoso estadounidense, ha resultado en una pérdida de fe en Occidente en Irán”.
El analista señala que aunque el acuerdo puede no estar firmado todavía, “no hay duda de que ambas partes, Irán y China, se encuentran en la etapa final de formalización de un pacto a largo plazo, muy probablemente con una duración de un cuarto de siglo”.
Tanto Irán como China parecen estar interesados en intensificar la cooperación en materia de seguridad, señala Abedin, descartando las suposiciones de los medios de comunicación occidentales de que la República Popular de China establecería fuerzas militares en las islas iraníes en el Golfo Pérsico: “Por una variedad de razones constitucionales, históricas, políticas e ideológicas Irán nunca aceptará fuerzas extranjeras en su territorio”, el enfatiza.
‘Irán y China son dos auténticas potencias asiáticas’
Respondiendo a los escépticos que dudan de la seriedad de las intenciones de Irán y China, así como al aparente temor de China de alienar a los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita al asociarse con la República Islámica, el experto de Oriente Medio llama la atención sobre el hecho de que “Irán es importante para la Belt and Road Initiative de China en el hecho de que le permitiria a China asegurar su flanco en Asia Occidental.
“Irán es vital para el acceso terrestre a Europa y, en general, la ubicación altamente estratégica de Irán (con proximidad a Asia Central, el Mar Arábigo, Europa e incluso Rusia) hace que el país sea muy atractivo para los inversores chinos”, destaca, y agrega que es poco probable que China arrastre los talones sobre la colaboración chino-iraní sobre la amenaza de sanciones de Estados Unidos o el descontento potencial de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos
Por su parte, es probable que Irán se adapte a las necesidades de China, ya que “necesita inversión extranjera para impulsar su infraestructura en una amplia gama de sectores y las finanzas chinas (y potencialmente conocimientos técnicos) pueden ser útiles”, según Abedin.
“Irán y China son dos auténticas potencias asiáticas, posiblemente las dos potencias más importantes que dominan el continente asiático en ambos extremos”, dice el analista político. “Existe un profundo respeto mutuo entre los dos países y solo es apropiado que se alinien más estrechamente a nivel económico, político e incluso militar”.
Fracaso de la política de Estados Unidos de ‘presión máxima’
Al tocar el régimen de sanciones unilaterales de Estados Unidos contra la República Islámica, el periodista iraní enfatiza que la política de “presión máxima” de la administración Trump claramente ha fracasado.
“Irán es un país resiliente con una política exterior expansiva”, señala Yao. “Además, Irán ha estado acostumbrado a las sanciones durante cuatro décadas, por lo que ha desarrollado los conocimientos para eludir y derrotar las sanciones. Además, la economía iraní es más compleja y autosuficiente de lo que la mayoría cree, y esta resiliencia económica significa que Irán puede seguir funcionando, de hecho para prosperar, en ausencia de vender petróleo crudo “.
Además, Irán desafió abiertamente las restricciones y amenazas unilaterales de Estados Unidos al extender una mano de ayuda a Venezuela, un estado latinoamericano que sufre el embargo de Estados Unidos. El verano pasado, la República Islámica proporcionó a Venezuela media docena de buques de carga con combustible, alimentos, suministros médicos y repuestos para su industria petrolera. En Julio, los iraníes inauguraron el primer centro comercial irani, Megasis, en el este de Caracas con más de 2,000 productos del país de Medio Oriente.
Además de esto, una votación en Agosto de las Naciones Unidas dio una derrota humillante a los Estados Unidos al rechazar la resolución de la White House para extender indefinidamente un embargo de armas contra Irán previsto en el acuerdo nuclear de 2015 con Irán antes de su vencimiento el 18 de octubre. De los 15 estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, la resolución fue apoyada solo por los Estados Unidos y los dominicanos, y vetada por Rusia y China, mientras que 11 países se abstuvieron.
De acuerdo con Abedin, el pacto chino-iraní “tendrá un mayor impacto en la política global de Irán en la medida en que Irán se sentirá menos limitado y amenazado por la presión estadounidense”.
“Ciertamente, si el pacto chino-iraní se convierte en una alianza formal a su debido tiempo (y eso es un GRAN si), entonces Irán se sentirá más seguro de desempeñar un papel global más activo, por ejemplo invirtiendo más fuertemente en América Latina”, Abedin sugiere.
Al mismo tiempo, es poco probable que los acuerdos cambien los fundamentos de la política regional de Irán, destaca el analista político: “Irán despliega el Eje de Resistencia, una iniciativa político-ideológica con efecto estratégico, para avanzar sus políticas en toda la región, especialmente en relación con puntos de conflicto como Yemen, Siria, Irak y Líbano”, el dice. “El pacto chino-iraní no va a cambiar esto”.
La conclusión de la asociación estratégica chino-iraní en desarrollo es que es consistente con los intereses nacionales de la República Islámica y ayudará a salvaguardar la seguridad nacional del país, Abedin concluye.
Fuente: Sputnik