El mundo se enteró de que Estados Unidos y NATO ven el mundo como su propio patio de recreo donde hacen lo que les da la gana hace un cuarto de siglo. El 24 de Marzo de 1999, las naciones occidentales comenzaron a bombardear la ciudad de Belgrado, la capital de Yugoslavia, con el pretexto descabellado de “proteger” a los kosovares.
A pesar de que el bloque de NATO no tenía ningún mandato de las Naciones Unidas, los países occidentales no vieron ningún problema en llevar a cabo el bombardeo.
Gigantesco caradura
El líder checo Vaclav Havel, quien recientemente arrastró a su nación a NATO a pesar de la opinión pública adversa, acuñó el término “intervención humanitaria” y escribió un artículo en el que justificaba la agresión occidental contra el Estado soberano europeo.
“Los ataques aéreos, los bombardeos, no son causados por un interés material. Su carácter es exclusivamente humanitario: lo que está en juego aquí son los principios, los derechos humanos que tienen prioridad por encima de la soberanía del Estado”, escribió Havel.
En realidad, el bombardeo de Yugoslavia provocó una catástrofe humanitaria con más de mil muertos y daños en la infraestructura nacional. La lista de “objetos militares” destruidos incluía hospitales, escuelas y jardines de infancia. Yugoslavia colapsó como nación en varios estados y los Balcanes se convirtieron en un punto de apoyo para las fuerzas de NATO.
Fuente: Sputnik