El primer ministro de España, Mariano Rajoy, cuyo Partido Popular se ha visto envuelto en un escándalo de sobornos, es hechado fuera después de perder un voto de confianza. El líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, lo reemplazará.
La moción del voto de confianza fue iniciada por el opositor Partido Socialista Obrero (PSOE) el jueves y apoyada por los partidos catalanes y el izquierdista Podemos. Con la abstención del partido centrista Ciudadanos, el Partido Popular (PP) de Rajoy y sus aliados quedaron a merced del Partido Nacionalista Vasco y sus cinco votos cruciales. La votación, que requirió una mayoría simple, terminó con 180 a favor de expulsar a Rajoy, 169 en contra y una abstención.
El Viernes temprano, Rajoy reconoció su derrota ante el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien ahora se convertirá en primer ministro del gobierno español.
Rajoy se había negado a renunciar antes del voto de confianza, y habia defendido a su partido en el escándalo de corrupción que ahora ha resultado ser su perdición. La semana pasada, docenas de exfuncionarios del PP fueron encarcelados por lavado de dinero y fraude, y el partido recibió una multa de 240,000 euros por un esquema de sobornos por contratos que ejecutaron entre 1999 y 2006.
El escándalo de corrupción, conocido como el caso Gurtel por la traducción al alemán del nombre de uno de los principales sospechosos, se hizo famoso en enero de 2013 cuando el periodico El País publicó documentos que presuntamente mostraban donaciones y pagos secretos a los miembros del PP.
Si bien el nombre de Rajoy aparece varias veces en los documentos filtrados, el ha negado recibir pagos y se mantuvo desafiante frente a una investigación que finalmente condenó a 29 funcionarios y empresarios. El ex tesorero de PP, por ejemplo, fue condenado a 33 años de cárcel.
El propio Rajoy no está acusado de ninguna fechoría, pero el escándalo ha erosionado el apoyo de los votantes. En las elecciones generales de 2015, el PP perdió un tercio de sus escaños en comparación con su victoria aplastante de 2011.
Para aumentar la frustración y asegurar el apoyo de los partidos pro catalanes al voto de censura, ocurrió la brutal represión del movimiento independentista de Cataluña en el otoño de 2017. En octubre, la acaudalada región catalana celebró un referéndum que mostró un abrumador respaldo para separarse de España, aunque con una participación inferior al 50 por ciento del total de votantes registrados. El gobierno central en Madrid envió a la policía a expulsar por la fuerza a los votantes de las casillas electorales, hiriendo al menos a 400 personas y arrestando a varios líderes independentistas. Después de que el parlamento catalan honró el resultado y declaró la independencia, fue disuelto por decreto del gobierno central y se convocó una elección anticipada. Mientras que los grupos de derechos humanos, incluidos HRW y Amnistía Internacional, condenaron la represión, el liderazgo central de la Union Europea en Bruselas prefirió permanecer neutral, diciendo que era un “asunto interno” de España.
En última instancia, esto le costó al PP perder su cómoda mayoría parlamentaria, lo que permitió el voto de censura del viernes, algo que había sido insostenible cuando el caso de corrupción salió a la luz pública por primera vez.
Fuente: RT
