Las acusaciones clave en el caso contra el cofundador de WikiLeaks, Julian Assange, que enfrenta hasta 175 años de prisión si es extraditado a los Estados Unidos, se basan en el testimonio de un estafador convicto que admitió a los medios que estaba mintiendo.
Sigurdur Ingi Thordarson, un ciudadano islandés y ex voluntario de WikiLeaks que se convirtió en informante del FBI por 5,000 dolares, ha admitido al periódico islandés Stundin que el fabricó partes importantes de las acusaciones en la acusación contra Assange.
En un artículo publicado el Sábado, Stundin detalla varias partes de su testimonio que ahora niega, afirmando que Assange nunca le dio instrucciones para llevar a cabo ningún hackeo.
El periódico señala que a pesar de que un tribunal de Londres en Reino Unido se ha negado a extraditar a Assange a los Estados Unidos por motivos humanitarios, todavía se puso del lado de los Estados Unidos en lo que respecta a las acusaciones basadas en el testimonio ahora negado de Thordarson. Por ejemplo, el fallo dice que “el Sr. Assange y el adolescente fracasaron en un intento conjunto de descifrar un archivo robado de un banco del ‘país 1 de NATO'”, donde se cree que “país 1 de NATO” se refiere a Islandia, mientras que “Adolescente” se refiere al propio Thordarson.
Sin embargo, ahora Thordarson afirma que el archivo en cuestión no puede considerarse exactamente “robado”, ya que se suponía que había sido distribuido y filtrado por denunciantes dentro del banco y muchas personas en línea estaban tratando de descifrarlo en ese momento. Esto se debe a que supuestamente el archivo contenía información sobre préstamos impagados proporcionados por Icelandic Landsbanki, cuya caída en 2008 llevó a una gran crisis económica en el país.
Thordarson también proporcionó a la publicación registros de chat de su tiempo como voluntario para WikiLeaks en 2010 y 2011, mostrando sus frecuentes solicitudes a piratas informáticos para hackear u obtener información de entidades y sitios web islandeses. Pero, según Stundin, ninguno de los registros muestra que alguien dentro de WikiLeaks le pidiera a Thordarson que hiciera eso. Lo que sí muestran, según el diario, son intentos constantes por parte del voluntario de WikiLeaks de inflar su posición, describiéndose a sí mismo como jefe de personal o jefe de comunicaciones.
En 2012, WikiLeaks presentó cargos penales contra Thordarson por malversación de fondos y fraude financiero. Thordarson más tarde fue condenado por ambos delitos en Islandia.
Stundin también cita a Ogmundur Jonasson, entonces Ministro del Interior islandés, quien dice que las autoridades estadounidenses estaban haciendo todo lo posible para atrapar a Assange.
“Ellos estaban tratando de usar cosas aquí (en Islandia) y usar a la gente en nuestro país para tejer una telaraña, una telaraña que atraparía a Julian Assange.”
El periódico afirma que el testimonio de Thordarson es clave para la línea de la fiscalía que retrata a Assange como un criminal, en lugar de un periodista que publica material protegido por la First Amendment (Primera Enmienda), como el New York Times u otros medios que compartieron los mismos documentos que WikiLeaks.
Reaccionando al espectacular artículo de Stundin, el denunciante de la NSA Edward Snowden tuiteó: “Este es el final del caso contra Julian Assange. El periodista de investigación Glenn Greenwald estuvo de acuerdo, diciendo: “Debería serlo.”
Assange ha pasado más de dos años tras las rejas en la prisión de Belmarsh en el Reino Unido. El gobierno de Estados Unidos ha acusado al periodista australiano bajo la Espionage Act, acusándolo de filtrar información clasificada en 2010. En ese momento, WikiLeaks publicó documentos que detallaban abusos, incluidos posibles crímenes de guerra, llevados a cabo por el ejército estadounidense en Afganistán e Irak. Estados Unidos está actualmente buscando su extradición, y Assange podría ser encarcelado por hasta 175 años si es declarado culpable.
A principios de Junio, el UN Special Rapporteur on Torture (Relator Especial de la ONU sobre la Tortura), Nils Melzer, pidió al gobierno del Reino Unido que liberara al periodista, condenando su encarcelamiento como “uno de los mayores escándalos judiciales de la historia.”
Fuente: RT