Escenas de júbilo han celebrado la decisión de la juez Vanessa Baraitser de no extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a los Estados Unidos para enfrentar cargos de espionaje en la corte de Old Bailey de Londres.
Assange, de 49 años, está acusado de 18 cargos de conspiración para hackear computadoras del gobierno estadounidense y la publicación de registros militares confidenciales, incluido un video de un ataque de un helicóptero estadounidense Apache en 2007 en Bagdad, Irak en el que murieron una docena de personas, incluidos dos periodistas de Reuters.
En su fallo, Baraitser dijo que los derechos de la libertad de expresión no proporcionan “discreción sin restricciones para el Sr Assange para decidir lo que va a publicar”.
Sin embargo, en una decisión que sorprendió a muchos, incluidos los propios partidarios y el equipo legal de Assange, Baraitser descubrió que la extradición sería opresiva dada la salud mental de Assange.
Si bien Baraitser dijo que sentía que Assange tendría todas las protecciones legales y constitucionales mientras estaba en juicio en los Estados Unidos, sentía que las condiciones en el sistema penitenciario de los Estados Unidos exacerbarían su ya frágil salud mental y potencialmente pondrían su vida en un riesgo indebido.
“Frente a condiciones de aislamiento casi total… Estoy convencida de que los procedimientos (esquema de las autoridades estadounidenses) no impedirán que Assange encuentre una manera de suicidarse”, ella dijo.
Según el equipo legal de Assange, el podría enfrentar décadas tras las rejas si se le declara culpable de estos cargos, que también incluyen la liberación de cables diplomáticos secretos de Estados Unidos. Los cargos tienen una sentencia máxima teórica de 175 años de prisión, aunque los fiscales afirman que no enfrentaría más de 63 meses de cárcel.
El fallo ocasionó escenas de jubilo afuera de Old Bailey. © REUTERS/Henry Nicholls
Al dictar su juicio, Baraitser dijo que el impacto de la extradición de Assange a los Estados Unidos en su familia, su pareja Stella Morris y sus dos hijos Gabriel y Max, sería “tristemente algo fuera de lo común.”
A lo largo de su juicio, el equipo de defensa de Assange afirmó que la decisión de extraditar y juzgar a Assange tuvo una motivación política, “durante un período único de la historia de los Estados Unidos bajo la administración Trump.”
Baraitser encontró evidencias insuficientes de que los cargos fueran presionados por la administración Trump.
La juez dijo que los presuntos delitos – cometidos por Assange según Estados Unidos – iban más allá de “alentar a un periodista”, y en su lugar constituían una conspiración para descifrar contraseñas seguras.
Ella rechazó el argumento de defensa de que el caso debería regirse por el tratado de extradición, sino que se refirió a la Extradition Act of 2003 como el documento que preside su decisión. La Extradition Act of 2003 eliminó la barrera de extradición por delitos políticos.
Baraitser destacó el hecho de que Assange mantuvo las comunicaciones con Chelsea Manning durante meses y lo citó diciéndole (a Manning) que “los ojos curiosos nunca se secan”, cuando ella le dijo que no tenía más información clasificada para darle. Ella posteriormente descargó cientos de miles de cables del US State Department que Assange publicó sin editarlos, según la juez.
La juez Baraitser también citó numerosos argumentos añadidos a la acusación original que fueron emitidos más allá de la fecha límite por los fiscales estadounidenses a los que el equipo de defensa de Assange no pudieron responder o cuestionar, al tiempo que repitió las afirmaciones de la fiscalía de que las filtraciones habían puesto vidas en riesgo, afirmaciones que fueron refutadas en un juicio separado contra Manning
El abogado de Assange, Edward Fitzgerald, dijo que los fiscales estadounidenses han indicado que apelarán el fallo. Fitzgerald dijo que solicitaría la libertad bajo fianza para Assange el miércoles, a la espera de esa apelación.
Se espera que la decisión sea apelada en el High Court de Londres, con la posibilidad de que el caso sea llevado a la Supreme Court del Reino Unido, retrasando la saga legal que comenzó con el arresto de Assange fuera de la Embajada ecuatoriana en Londres el 11 de Abril de 2019.
Assange huyó a la embajada de Ecuador en 2012 cuando los fiscales suecos solicitaron su extradición por presuntos delitos sexuales. En última instancia, Assange pasaría siete años en el exilio en la embajada ecuatoriana antes de ser entregado por el gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno a la policía del Reino Unido.
A lo largo de su juicio, su familia, equipo legal y partidarios han dicho que la detención de Assange en la prisión de Belmarsh equivalía a tortura, citando el deterioro de su salud física y mental, exacerbado por un brote de Covid-19 en las instalaciones de alta seguridad en el sureste de Londres.
Fuente: RT
