Los estándares son pobres en el Bank of England en estos días, no sé por qué alguien querría hacer negocios con ellos. George Galloway da a la banca y a la justicia británica, una calificación de fracaso triple-A.
La banca británica solía ser “algo” cuando estaba creciendo. “Tan seguro como el Bank of England” era el moto de confiabilidad y seguridad. Pero como Venezuela – y cualquier otro país del Sur Global lo suficientemente ingenuo como para confiar a los británicos su riqueza soberana – acaba de descubrirlo en el Tribunal Superior de Reino Unido en Londres, el Bank of England ya no es una entidad segura en absoluto.
El gobierno británico acaba de robar casi mil millones de dólares en lingotes de oro venezolanos, el robo acaba de ser legalizado y los ladrones ni siquiera se molestaron en usar una máscara.
El oro fue depositado en Londres por el entonces gobierno internacionalmente reconocido de Venezuela. Pero al ahora internacionalmente reconocido gobierno de Nicolás Maduro se le ha negado el permiso para que sus reservas de oro se transfiera a las Naciones Unidas en Nueva York para que el Programa de Desarrollo de la ONU realice el trabajo que Venezuela desea contra la pandemia del coronavirus.
En cambio, un hombre común en Caracas con el nombre de Juan Guaido, que no solo nunca ha sido elegido para la presidencia de Venezuela, sino que ya no es elegido como el líder de la oposición, es el dueño legal de las reservas de oro venezolano, dice la Justicia de “Alicia en el Pais de las Maravillas”. Después de todo, las palabras significan lo que el gobierno británico quiere que quieran decir (Solo porque el gobierno de Her Majesty lo dice).
El presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro, es reconocido por la gran mayoría de los países del mundo. Más importante aún, su gobierno es reconocido en las Naciones Unidas. No es cierto, como le dijo el gobierno británico al Tribunal Superior de Reino Unido, que “no reconocen” al gobierno de Maduro – ellos lo reconocen todos los días en la ONU, en las discusiones en el bar asi como en la asamblea general de la ONU.
Más aún, es el principio de la diplomacia británica “reconocer” a quien tenga el control efectivo de un territorio – les guste o no. Sin embargo, ahora que lo pienso, violaron ese “principio” una vez antes – cuando continuaron reconociendo al asesino genocida camboyano Pol Pot e insistieron en que el Camarada número 1 permaneciera en su asiento en Nueva York mucho después de que fue derrocado y mientras se contaba la montaña de cadáveres en Camboya.
Según cualquier estándar, el Presidente legitimo de Venezuela Nicolas Maduro tiene el control efectivo de Venezuela y Juan Guaido no. Maduro controla cada centímetro cuadrado de Venezuela, es el presidente electo, es reconocido por las Naciones Unidas y por la mayoría de los países del mundo. Guaido no fue elegido (el sujeto ni siquiero compitio en la eleccion presidencial de Venezuela), no es reconocido por las Naciones Unidas, ni por la mayoría de los países del mundo y no controla una sola pulgada de territorio venezolano. Pero ahora es el orgulloso propietario de las reservas de oro venezolano en el Bank of England. Esto hace que el Great Train Robbery (gran robo del tren de Londres) parezca una mera bagatela, Guaido hace que el ladrón de Bagdad parezca un aficionado. Es el mayor acto de robo que se haya producido en suelo británico. Y eso es por decir algo.
Pero lejos de la escena del crimen, lejos de Venezuela, los funcionarios británicos en su torre de marfil deben tomar nota. No fue solo un robo lo que tuvo lugar en el estrado de la UK High Court esta semana, fue un asesinato. El asesinato de la reputación de Londres como un centro financiero en el que se puede confiar.
Ciertamente, cualquier gobierno soberano que haya depositado su riqueza soberana en Londres debería no solo reflexionarlo, si no verificar el estado actual de su balance. Esta decisión ha dado luz verde a los Piratas del Caribe, y usted o su Pais podría ser el próximo. Enfréntese al gobierno británico y ahora ellos pueden entregar toda la riqueza de su país que puedan agarrar, a su oposición, por desacreditada que esta este.
Todo un día de trabajo en estándares financieros, un fracaso triple-A.
Si alguna vez ganara la Lotería Nacional (a la que no ingreso), el último lugar en la Tierra en el que depositaría mis millones sería en Londres. Los estándares aquí simplemente se fueron por el agujero del conejo y nunca volverán a emerger. La ciudad de Londres ha caído.
Cuando era joven le dije a mi abuelo irlandés que el maestro me había dicho que los británicos tenían un imperio tan vasto que el Sol nunca se puso sobre él. Él respondió “eso es porque Dios nunca confiaría en los británicos en la oscuridad.” Yo sabía que estaba diciendo la verdad. Y ahora también lo sabe Venezuela.
Fuente: RT
