El gobierno frances incautó millones de mascarillas que una empresa sueca trasladaba desde China a España e Italia. El hecho resultó en un escándalo diplomático que se resolvió parcialmente dos semanas después.
“Estamos en guerra”, argumentó el presidente francés Emmanuel Macron el 16 de marzo, hablando de la pandemia de COVID-19. Y en la guerra, como se sabe, todo se vale. El presidente francés hace dias firmó un decreto que permite al Gobierno confiscar todo producto necesario en la lucha contra la epidemia.
Fue así como el pasado 5 de marzo, el Secrétariat général de la défense et de la sécurité nationale (SGDSN) de Francia confiscó un envio de cuatro millones de mascarillas que la empresa de productos desechables Mölnycke transportaba desde China a España e Italia. La mercancía hizo escala en el puerto francés de Marsella y el centro logístico de la ciudad de Lyon, donde fue incautado según las instrucciones presidenciales.
El hecho provocó roces diplomáticos entre Francia y Suecia, cuyo Gobierno fue instado a intervenir por el gigante transportista Mölnycke. Tras dos semanas de rispidas negociaciones, el SGDSN accedió a dejar la mitad de la mercancía llegara a sus destinos como “caso excepcional”.
Así que el gobierno frances dejó – finalmente – llegar a España e Italia dos de los cuatro millones de mascarillas; los restantes dos millones se quedaron en territorio francés, reveló el medio local L’Express.
Sin embargo este no es el único caso. En Francia ya se han producido incidentes similares, como la incautación de un lote de 680,000 máscarillas con destino a la República Checa que, a su vez, incautó un envio similar con destino a Italia.
Fuente: Sputnik