Las sanciones a Corea del Norte se han intentado y fracasaron. Las negociaciones serias parecen solo un deseo. Y cualquier ataque militar traería casi seguramente devastación masiva y horribles muertes civiles.
Las opciones de la administración Trump van de mal en peor mientras los avances militares de Kim-Jong-Un los acercan cada vez más a ser capaces de atacar a los Estados Unidos con armas nucleares. Justo cuando el presidente Donald Trump intenta demostrar su determinación global después de la prueba nuclear más poderosa de Corea del Norte, su influencia se ve aún más limitada por las nuevas tensiones que ha ocasionado con Corea del Sur, además de la continua oposición de China y Rusia.
Con Corea del Sur, el pais mas directamente amenazado, Trump ha tomado el insólito paso de incrementar los desacuerdos entre los Estados Unidos y su aliado, incluyendo la posibilidad de retirarse de un acuerdo comercial con Corea del Sur para protestar contra los desequilibrios comerciales. También sugirió en Twitter que los dos países carecían de unanimidad sobre Corea del Norte, criticando al nuevo presidente surcoreano Moon Jae-in, que ha sido más conciliador con Corea del Norte, por la “charla de conciliacion” ofrecida por su gobierno.
Es un momento inoportuno para ventilar las desavenencia en publico y tener el lunes a los dos líderes buscando demostrar que estan enfrentando a Corea del Norte juntos y con determinacion. La Casa Blanca dijo que en una llamada telefónica con Moon, Trump dio su aprobación “en principio” a levantar las restricciones sobre las cargas de misiles de Corea del Sur y a aprobar “muchos miles de millones” en ventas de armas a Corea del Sur. Aunque no se dieron detalles, la idea era mostrar que los países estaban colaborando para reforzar las defensas contra el gobierno de Corea del Norte.
“El está rogando por la guerra”, dijo el embajador de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, del líder norcoreano el lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los diplomáticos fueron convocados a una sesión de emergencia a pesar de la festividad del “Labor day” en Estados Unidos.
Haley pidió agotar “todos los medios diplomáticos para poner fin a esta crisis”. Pero para aquellos que intentaron y fracasaron durante más de una década para resolverlo, parecen haber pocos de esos medios que aún no han sido tratados e intentados de nuevo.
Lo que ha cambiado es el sentido de urgencia y la creciente opinión de los analistas de la seguridad nacional de que puede ser el momento de abandonar la “desnuclearización” y aceptar a Corea del Norte en el club nuclear. El Norte afirmó que la prueba del domingo, la sexta desde 2006, era una bomba de hidrógeno diseñada para ser montada en sus nuevos misiles balísticos intercontinentales.
Habiendo fracasado al permitir que los programas de armas de Pyongyang avancen, las opciones de Trump parecen ser solo variantes de lo que ya se ha considerado antes:
LA OPCIÓN MILITAR
Los militares estadounidenses han tenido durante años una amplia gama de planes de contingencia preparados para posibles ataques a Corea del Norte para intentar interrumpir su programa nuclear o disuadirlo de seguir desarrollándolo. El domingo, Trump envió al secretario de Defensa, Jim Mattis, para que advirtiera de una “respuesta militar masiva si Corea del Norte continúa amenazando a Estados Unidos, mientras Trump insinuó en una llamada con el Primer Ministro Japonés que los Estados Unidos podrían incluso desplegar su propio arsenal nuclear.
Pero con el paso de los años, las opciones militares han sido constantemente vistas como imposibles de llevarse a la practica, debido al gran horror que se produciría si Corea del Norte tomara represalias – como es de esperarse – atacando a Corea del Sur. Los norcoreanos tienen armamentos militares masivos pertrechados en lo que es la frontera más fuertemente fortificada del mundo.
Los Estados Unidos tienen aproximadamente 28,000 soldados en Corea del Sur, y hay cientos de miles de ciudadanos estadounidenses más en Seúl, la capital, con una población de 25 millones de habitantes en el área metropolitana. El general Joseph Dunford, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, ha dicho que si estallara la guerra, habría fuertes bajas civiles en los primeros días antes de que Estados Unidos pudiera mitigar la capacidad de Corea del Norte para atacar a Seúl.
BLOQUEO COMERCIAL
Trump declaró en Twitter que los Estados Unidos estaban considerando “detener todo comercio con cualquier país que haga negocios con Corea del Norte”. Eso sería una escalada dramática de la estrategia estadounidense de largo alcance: incrementar la presión económica sobre Corea del Norte restringiendo su acceso a los fondos necesarios para sus programas de armas.
Sin embargo, muchos países hacen negocios con Corea del Norte, especialmente China, un importante socio comercial de Estados Unidos y gigante económico. Cortar el comercio con China, por no hablar de los demás, devastaría la economía de Estados Unidos y sería increíblemente difícil de llevarlo a la practica. Innumerables empresas estadounidenses se cerrarian o seria fuertemente afectadas, eliminando puestos de trabajo junto con ello.
SANCIONES Y AISLAMIENTO
Al margen de la interrupción total del comercio, los Estados Unidos han trabajado durante años para presionar financieramente a Corea del Norte y alentar a otros a hacer lo mismo, especialmente a China. En una victoria diplomática para el gobierno de Trump, la ONU aprobó el mes pasado nuevas y amplias sanciones dirigidas a aproximadamente un tercio de la economía de Corea del Norte, con el apoyo de China.
Pero la última prueba nuclear y recientes pruebas de misiles sugieren que Kim no se detiene con esas sanciones. Y hay fuertes reticencias de países como China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, para aplicar más sanciones a Corea del Norte.
Los defensores de más sanciones dicen que todavía hay espacio para incrementar la presión. Anthony Ruggiero, experto en sanciones de la Fundación para la Defensa de las Democracias, dijo que el siguiente paso lógico es que Estados Unidos imponga “sanciones secundarias” dirigidas a bancos o negocios en China que hacen negocios con Corea del Norte, una táctica que Estados Unidos uso efectivamente para forzar a Irán a poner sobre la mesa de negociaciones su programa nuclear hace varios años.
“La oportunidad de que las sanciones funcionen esta en ese libro de jugadas”, dijo Ruggiero.
RECURSOS DIPLOMÁTICOS
China, con el respaldo de Rusia, ha estado instando a un retorno inmediato a las conversaciones, basado en que los Estados Unidos detenga incondicionalmente sus ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur y Corea del Norte suspendiendo su desarrollo de armas. Pero pocos en el gobierno de Estados Unidos han abogado por conversaciones directas con los norcoreanos hasta que su comportamiento cambie significativamente. En el pasado, las conversaciones con Corea del Norte no le han impedido avanzar en su programa de armas durante mucho tiempo, y los Estados Unidos han acusado a Corea del Norte de engañarlos en un acuerdo anterior.
El gobierno de Trump ha dejado la puerta abierta a las conversaciones con Corea del Norte, y ha tratado de persuadir a Kim de que se abstenga de pruebas provocativas el tiempo suficiente para justificar un regreso de Estados Unidos a la mesa de dialogo. Hasta ahora, esa retorica no ha funcionado.
Fuente: Associated Press