El gobierno canadiense ha criticado a China por la “cruel e inhumana” pena capital que enfrenta un ciudadano canadiense, cuya sentencia de muerte por tráfico de drogas fue confirmada por un tribunal chino.
El equipo de defensa de Robert Schellenberg ha perdido una apelación contra su sentencia de muerte, marcando el último giro en una prolongada batalla judicial sobre los cargos de trafico de drogas de 2014. El Tribunal Popular Superior de la Provincia de Liaoning dictaminó el martes que su “condena era exacta, la sentencia era apropiada y los procedimientos del juicio eran legales.”
La decisión fue criticada por altos funcionarios canadienses. El ministro de Relaciones Exteriores Marc Garneau condenó a China, diciendo en un comunicado que su país se opone a la pena de muerte “en cualquier caso”, calificando la sentencia de Schellenberg de “arbitraria”.
“Hemos expresado repetidamente a China nuestra firme oposición a este castigo cruel e inhumano y continuaremos dialogando con funcionarios chinos al más alto nivel para otorgar clemencia al Sr. Schellenberg”, dijo Garneau.
El embajador de Canadá en China, Dominic Barton, expresó el mismo sentimiento al hablar con los periodistas después del fallo de la corte. Barton dijo que el caso era “parte del proceso geopolítico”, refiriéndose a las afirmaciones canadienses de que China está utilizando la “diplomacia de rehenes” con los ciudadanos canadienses.
Schellenberg, de 30 años, es nativo de Abbotsford, British Columbia. En su país de origen, tuvo varios roces con la ley, incluyendo ser encarcelado en 2012 por posesión de drogas ilegales con intención de tráfico. Su familia dijo que desarrolló una adicción después de un accidente relacionado con el trabajo que le obligó a tomar analgésicos, y tuvo una pelea con su padre por su abuso de sustancias.
Poco después de salir de prisión en Canadá, se mudó a Asia, una región donde muchas naciones, incluida China, tienen una política de tolerancia cero con el tráfico de drogas. En 2014, fue arrestado por supuestamente intentar contrabandear 222 kg de metanfetamina de China a Australia.
Durante su primer juicio en el Tribunal Popular Intermedio de Dalian en 2016, afirmó que había sido incriminado por un narcotraficante. El juez le impuso una sentencia de 15 años y una multa de 23,000 dolares, que Schellenberg apeló sin éxito.
Su castigo fue elevado a una sentencia de muerte en 2019 después de un nuevo juicio, que fue ordenado por el tribunal provincial durante sus audiencias de apelación el año anterior. Su defensa argumentó que el fallo viola la ley china, que no permite que se imponga un castigo más severo en un nuevo juicio, a menos que se descubran nuevas circunstancias en el caso. La parte china no estuvo de acuerdo, diciendo que los fiscales presentaron nuevas pruebas para demostrar que el intento fallido de mover las drogas era parte de una operación de una red internacional de tráfico de drogas, en la que Schellenberg jugó un papel crucial.
Los juicios de 2019 tuvieron lugar semanas después de que las autoridades canadienses, actuando en nombre de Estados Unidos, arrestaran a Meng Wanzhou, vicepresidenta del gigante tecnológico chino Huawei, mientras realizaba un vuelo de tránsito. El arresto causó una importante disputa diplomática entre China y Canada.
Altos funcionarios canadienses han dado a entender que la pena capital en el caso de Schellenberg fue parte de las represalias de China. En otro caso, Michael Spavor y Michael Kovrig, dos ciudadanos canadienses arrestados en China a raíz del escándalo de la detención de Meng, son percibidos por Canada como víctimas del mismo enfoque de mano dura. Se espera un veredicto en el juicio por espionaje de Spavor a finales de esta semana.
El caso de Estados Unidos para extraditar a Meng de Canadá está actualmente pasando por los argumentos finales en la Court of British Columbia. Estados Unidos la acusa de fraude financiero destinado a eludir las sanciones unilaterales estadounidenses contra Irán.
Este fallo sobre el caso de Schellenberg se hizo después de que el tribunal provincial rechazara una apelación a su veredicto de nuevo juicio. El caso ahora sera enviado al Tribunal Supremo Chino para su revisión, lo cual es el procedimiento estandard para todas las sentencias a muerte en el país.
Fuente: RT