El expresidente, quien fue derrocado en 2009, relató algunas similitudes entre el proceso que vivió y el que le ocurrió a Evo Morales.
El expresidente de Honduras Manuel Zelaya, quien fue depuesto mediante un golpe de Estado en 2009, resaltó las similitudes entre el proceso político que provocó su derrocamiento con el que forzó la renuncia de Evo Morales en Bolivia.
A través de un mensaje en Twitter, Zelaya narró la manera en que las fuerzas de seguridad en Honduras lo expulsaron del país el 28 de junio de 2009, fecha en que fue derrocado.
“Asaltaron mi casa en la madrugada, me secuestraron a Costa Rica en avión militar y dijeron que era sucesión constitucional. Evo aceptó que repitieran elecciones, y militares le exigieron la renuncia. Bajo todas luces rompieron el orden constitucional y es un golpe de Estado”, enfatizó Zelaya en la red social Twitter.
Asaltaron mi casa en la madrugada, me secuestraron a Costa Rica en avión militar y dijeron que era sucesión constitucional. Evo aceptó que repitieran elecciones, y militares le exigieron la renuncia. Bajo todas luces rompieron el orden constitucional y es un GOLPE DE ESTADO
— Manuel Zelaya R. (@manuelzr) November 11, 2019
Tras el golpe contra Zelaya, una serie de protestas sociales, acusaciones de fraudes electorales y escándalos que involucran a narcotraficantes con las más altas esferas del poder político, han sacudido a Honduras, país que vive una crisis de expulsión de migrantes sin precedentes, ante el clima de violencia y pobreza que impera en la nación centroamericana.
En 2014, la entonces secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, reconoció públicamente que había operado políticamente, justo después del golpe en Honduras, “con el objetivo de organizar rápidamente unas elecciones que tuvieran como resultado hacer irrelevante la cuestión de Zelaya”.
Evo Morales renunció a la presidencia de su país el pasado domingo 10 de noviembre, luego de que mandos militares lo presionaran para que dimitiera, en medio de las violentas protestas de la oposición, que no aceptaba el resultado electoral.
A pesar de que Morales había convocado a nuevos comicios, la oposición se radicalizó y no aceptó medirse en las urnas, sino que pidió la renuncia de Morales, mientras emprendían una persecución contra ministros, funcionarios, líderes indígenas y dirigentes sindicales cercanos al oficialismo.
Fuente: RT