La Cancillería uruguaya manifestó su preocupación por el quiebre del Estado de Derecho en Bolivia que llevó a la renuncia del presidente Evo Morales, y llamó a su restauración inmediata.
El Gobierno del Uruguay hace un urgente llamado a todos los actores bolivianos para que cesen los actos de violencia y para que el proceso electoral se encauce de conformidad con las disposiciones de la Constitución y las Leyes del Estado Plurinacional de Bolivia, restaurando de inmediato el Estado de Derecho”, señaló la Cancillería en un comunicado.
Además, llamó a respetar plenamente los derechos humanos y civiles de los habitantes y “particularmente la inviolabilidad de las representaciones diplomáticas extranjeras y de sus funcionarios”.
Morales, quien presidía Bolivia desde 2006, renunció a su cargo el 10 de noviembre, en medio de violentas protestas y tras el expreso pedido de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Su renuncia sucedió horas más tarde de anunciar nuevas elecciones generales tras el pedido de los auditores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ante la imposibilidad de validar la victoria de Morales en la primera vuelta de los comicios del 20 de octubre pasado.
El Gobierno del Uruguay expresa su consternación por el quiebre del Estado de Derecho producido en el Estado Plurinacional de Bolivia, que forzó la salida del poder del presidente Evo Morales y sumió al país en el caos y la violencia”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La Cancillería uruguaya indicó además que no existe ningún argumento que “pueda justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el Presidente Morales su intención de convocar a nuevas elecciones, a partir del informe producido por la misión electoral de la OEA”.
Por su parte, la central sindical única uruguaya PIT-CNT (Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores) alertó que en Bolivia se está produciendo un golpe de Estado por parte de sectores derechistas que quieren llegar al Gobierno y beneficiar a los más pudientes.
“Un golpe de Estado se está orquestando en este momento (…) Las protestas llamadas por la derecha para derrocar un Gobierno popular electo democráticamente, solo con el fin de llegar al Gobierno y repetir la misma receta de siempre, hambrear al pueblo y que los poderosos tengan aún más poder”, afirmó el Pit-Cnt en un comunicado.
El PIT-CNT manifestó que observa con “gran preocupación” la ola de violencia en la que está sumergida América Latina.
Repudiamos todo acto violencia contra el pueblo y defendemos la movilización pacífica de cada uno de ellos reclamando por sus derechos. Es indispensable, por el bien de la tan preciada democracia, reconocer el resultado de las elecciones, y si hay dudas sobre las mismas siempre hay mecanismos legales y constitucionales para llevar a cabo un proceso de transparencia”, señaló.
El líder indígena denunció un golpe cívico-político-policial encabezado por el expresidente Carlos Mesa, quien fuera su rival en las recientes elecciones presidenciales, y el líder cívico Luis Fernando Camacho.
El 10 de noviembre, el exmandatario denunció asaltos violentos a su vivienda y a la de sus familiares, así como la existencia de una orden de detención contra él y funcionarios de su Gobierno.
La dimisión de Morales desató una situación de vacío de poder e inseguridad.
Varias naciones, entre ellas Cuba, México y Venezuela, calificaron lo sucedido como un golpe de Estado.
Tras la renuncia de Morales y buena parte de la cúpula dirigente, incluido el vicepresidente Álvaro García Linera y la titular del Senado Adriana Salvatierra, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Áñez Chávez, reclamó que le corresponde a ella asumir provisionalmente la presidencia de Bolivia para convocar nuevas elecciones.
Fuente: Sputnik