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Cuba lanza su nuevo sistema ferroviario con la ayuda de Rusia y China

La economía de Cuba ha logrado un hito histórico: por primera vez desde la década de 1970 se pusieron en operación nuevos y modernos trenes al servicio de la población. Las autoridades del país esperan desarrollar durante los próximos diez años un programa a gran escala para la renovación del sistema ferroviario de la isla, con la ayuda de Rusia y China.
En mayo del 2019, Cuba recibió 80 nuevos vagones de trenes hechos en China que ya sirven a la población. Otros 80 vagones serán entregados a Cuba el próximo año, comunica el portal estatal Cubadebate. Los nuevos vagones se dividen en primera clase, que tiene instalado un sistema de aire acondicionado, y segunda clase.

 

Además, Cuba ha firmado un acuerdo con Rusia para modernizar sus ferrocarriles por un valor de casi 1,000 millones de dólares, aunque aún no se han revelado los detalles. En el 2017, la corporación estatal Russian Railways (RZD, por sus siglas en ruso) dijo a Reuters que también estaba negociando la instalación de una conexión ferroviaria de alta velocidad entre La Habana y el balneario de Varadero.
“Este es el primer paso hacia la transformación del sistema ferroviario cubano”, dijo Eduardo Hernández, jefe de la Compañía Nacional de Ferrocarriles de Cuba.
Ferrocarriles de Cuba
Los datos de la oficina de estadísticas muestran que en el 2018 los trenes transportaron 6.1 millones de pasajeros. El Gobierno cubano pretende modernizar completamente el sistema ferroviario para 2030.
El sistema ferroviario cubano es uno de los más antiguos del mundo. Su primer tramo fue lanzado en la década de 1830, por lo que contó también con el primer tren de Iberoamérica. No obstante, su sistema ferroviario sufre de una falta de mantenimiento y de equipos modernos debido a las restricciones del embargo comercial de los Estados Unidos.
La infraestructura en mal estado no puede hacer frente a la demanda, y los trenes a menudo no funcionan según lo previsto. Además, los pasajeros a veces tienen que lidiar con la ausencia de puertas o ventanas, así como con grietas en los asientos. Se espera que los nuevos trenes ahorren tiempo de viaje, pero necesitarán una pista restaurada o construida desde cero para moverse a toda velocidad.

Fuente: Sputnik