Un informe condenatorio ha acusado al gobierno canadiense de perpetuar el genocidio por inacción contra mujeres y niñas indígenas. Los activistas de derechos indígenas dicen que han sido testigos de su propia versión sombría de #MeToo durante años.
El informe es el resultado de una extensa investigación encargada por el propio gobierno canadiense en 2016. Con más de 1,200 páginas, el informe presenta un panorama sombrío del maltrato sistémico de mujeres indígenas, niñas y personas 2SLGBTQQIA (que significa dos espíritus, lesbianas, gays, personas bisexuales, transgénero, queer, interrogantes, intersexuales y asexuales). Estos grupos de la población indígena han sido seleccionados como los más vulnerables.
“El genocidio ha sido potenciado por las estructuras coloniales evidenciadas especialmente por la Indian Act (una polémica ley de 1876 que regula las reservaciones de los pueblos indígenas en Canadá), la Sixties Scoop (una política de hace 40 años que separaba a niños indígenas o mestizos de sus padres biologicos para darlos en adopcion a familias blancas, que fue discontinuada a fines de la década de 1980), las escuelas residenciales e infracciones de los derechos humanos e inuit, los derechos de Metis and First Nations, lo que ha llevado directamente al aumento actual de las tasas de violencia, muerte y suicidio en la población indígena”, señala el informe.
El informe se basa en el testimonio de miembros de 468 familia y sobrevivientes de la violencia contra los grupos objetivo, así como en el conocimiento de testigos expertos, ancianos tribales y funcionarios. El informe necesito 24 audiencias para compilar el documento.
El informe se refiere repetidamente a que el gobierno canadiense está “hacienda que no ve” la difícil situación de los pueblos indígenas que se ha convertido en un “genocidio racista”. Argumentando usando términos en negrita, los autores del informe señalan que “el genocidio es la suma de las prácticas sociales, suposiciones y acciones” que lo habían habilitado.
Como muchos testigos lo expresaron, este país está en guerra, y las mujeres indígenas, las niñas y las personas 2SLGBTQQIA están bajo asedio.
Cuando el documento fue presentado al gobierno el lunes, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, admitió que “la dura verdad” es que gobiernos canadienses sucesivos “han fallado” a los indígenas y prometió esbozar un “plan de acción nacional” para eliminar la violencia.
Trudeau siguio esquivando usar la palabra ‘genocidio’, que no escapó a la atención de algunos de los medios locales, pero otros ministros rechazaron las críticas, con el ministro de Justicia, David Lametti, diciendo que era importante que los estudiosos decidieran si el término es apropiado.
‘Es casi como #MeToo, pero peor’
El gobierno debe intensificar sus esfuerzos para cubrir las necesidades básicas de las personas que viven en reservaciones indigenas, dijo a RT Audrey Huntley, cofundadora de ‘No More Silence’, una organización con sede en Toronto que recopila los nombres de mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas.
“Las reservaciones no cuentan con fondos suficientes, hay como una falta crónica de viviendas, no hay agua potable segura”, ella dijo. Huntley señaló que los autores del informe, por su propia admisión, no logran identificar a todas las víctimas del “genocidio”.
“Hay una gran cantidad de actividades delictivas realmente problemáticas con respecto a las mujeres y niñas indígenas y que no se han abordado durante décadas”, dijo a RT Pamela Palmater, presidenta de Indigenous Governance de la universidad Ryerson.
Ella dijo que el público canadiense y la comunidad internacional deberían ejercer presión política sobre Canada para “hacer algo e investigar en realidad a los actores estatales que son cómplices o están directamente involucrados en los asesinatos, la explotación y la desaparición de mujeres y niñas indígenas”.
La forma en que se había ignorado la violencia desenfrenada contra los indígenas durante décadas es similar a la situación con las mujeres, dijo.
“Es casi como el movimiento #MeToo cuando no se ha creído a las mujeres cuando fueron violadas o asaltadas sexualmente. Para las mujeres y niñas indígenas, fue aún peor”.
Según estimaciones realizadas por la Royal Canadian Mounted Police en 2014, más de 1,000 mujeres aborígenes fueron asesinadas entre 1980 y 2012.
Fuente: RT