Maria Butina, una activista rusa acusada de realizar espionaje para el Kremlin, fue condenada a 18 meses de prisión por un juez de Washington DC. Butina será deportada a Rusia después de cumplir su sentencia.
Antes de la audiencia de sentencia del viernes, Butina le pidió indulgencia al juez.
“Mis padres descubrieron mi arresto en las noticias de la mañana que veían en su casa rural en una aldea siberiana”, ella dijo a la corte. “Los quiero mucho, pero los dañé moral y financieramente. Ellos están sufriendo por todo eso. También destruí mi propia vida. Vine a los Estados Unidos sin órdenes de nadie, pero con esperanza, y ahora no queda nada más que castigo “.
Butina viajó a los Estados Unidos con una visa de estudiante en 2016 y se involucró activamente en los círculos pro-armas. Atacada en la búsqueda de “agentes rusos” tras la elección del presidente Donald Trump, Butina fue acusada de trabajar con el gobierno ruso para desarrollar canales de comunicación con el Partido Republicano y la National Rifle Association. Rusia ha refutado la idea de tener alguna conexión con ella.
Butina se declaró culpable de cargos de conspiración por delitos graves para actuar como agente extranjero no registrado en los Estados Unidos, un requisito del que ella no tenía conocimiento.
Sus nueve meses ya cumplidos en prisión contarán para su sentencia de 18 meses. Durante su tiempo en la cárcel, Butina alegó que fue tratada de manera innecesariamente dura, y el Russian Foreign Minister, Sergey Lavrov, dijo que sus condiciones en cautiverio estan “normalmente reservadas para los infractores peligrosos reincidentes”.
Desde su arresto en julio del año pasado, gran parte de los principales medios de comunicación publicaron una historia tras otra en la que afirmaban que Butina era una espía que buscaba congraciarse con el establishment de los Estados Unidos e incluso ofrecía sexo a cambio de su influencia. Su abogado, Robert Driscoll, dijo a los periodistas el viernes que Butina fue arrestada y difamada por ninguna otra razón que por su nacionalidad.
“Cualquiera que piense que alguien que no sea ruso estaría en esta situación se está engañando a sí mismo”, dijo Driscoll.
La sentencia de Butina pone fin a otro frenetico intento para “probar” un inexistente “Russiagate” que se ha extendido junto con la investigación del Special Counsel Robert Mueller. Aunque Butina se declaró culpable, su equipo de defensa sostiene que no era una espía, “nunca participó en actividades secretas y nunca mintió a nuestro gobierno”.
Fuente: RT