La organización internacional de ayuda más grande ha exigido que los activistas en la frontera entre Venezuela y Colombia no utilicen la insignia de la Cruz Roja, que no participa en lo que el gobierno de Venezuela ha calificado como un “show de propaganda” de Estados Unidos.
La Cruz Roja se enteró de que algunas “personas no afiliadas” a la agencia están tratando de disfrazarse como trabajadores de ayuda para introducir ilegalmente cargamentos para la oposición de Venezuela a través de las fronteras internacionales cerradas.
“Ellos pueden tener buenas intenciones, pero se arriesgan a poner en peligro nuestra neutralidad, imparcialidad e independencia”, dijo la International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies.
“Nosotros les urgimos a que dejen de hacer esto”.
Anteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, subrayó que la ONU y la Cruz Roja Internacional no participan en el “show de propaganda” organizado por los Estados Unidos. “Es claramente una acción con objetivos políticos, nunca podría ser descrita como una acción humanitaria”, dijo en Twitter, acusando a los gobiernos involucrados en la trama de Estados Unidos de violar los principios de la carta de la ONU.
El gobierno de Nicolás Maduro ha cerrado las fronteras con los países vecinos de Colombia, Brasil y la isla holandesa de Curazao, tratando de evitar que los envíos de Estados Unidos entren al Estado de América Latina. El gobierno de Venezuela denunció la “ayuda humanitaria” como un intento altamente publicitado para fomentar la división y el caos, y posiblemente para usarlo como cortina de humo para contrabandear armas para la oposición del país.
Estos temores no son del todo infundados. Después de todo, el US envoy to Venezuela, Elliot Abrams, hizo exactamente eso en Nicaragua a principios de los años ochenta, suministrando armas a los contras de derecha bajo el disfraz de ayuda humanitaria.
Fuente: RT
