La comunidad de inteligencia de Estados Unidos utilizó de manera inapropiada a aliados extranjeros para atacar la campaña del candidato presidencial republicano Donald Trump para establecer la conspiración ‘Russiagate’ antes de las elecciones de 2016, según un trío de periodistas de investigación.
Michael Shellenberger, Matt Taibbi y Alex Gutentag – de la fama ‘Twitter Files’ – publicaron el Martes la primera parte de una investigación, en la que afirman que los llamados ‘Five Eyes’ fueron operacionalizados contra empleados de Trump, citando fuentes anónimas cercanas al House Intelligence Committee.
Según su informe, el Director de la CIA del presidente Barack Obama, John Brennan, había enviado a los socios de Estados Unidos (Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) una lista de 26 asociados de Trump a los que atacar con recopilación de datos, desinformación y manipulación.
La conspiración del Russiagate tuvó múltiples fallas en las redes de medios occidentales para evaluar críticamente las afirmaciones de la inteligencia estadounidense de que Rusia había interferido en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. Se otorgó un premio Pulitzer 2018 a periodistas del Washington Post y del New York Times por sus informes sobre lo que luego se expuso como una historia falsa.
“Estaban haciendo contactos y golpeando a la gente de Trump desde Marzo de 2016”, dijo una fuente del House Intelligence Committee. “Estaban enviando gente por todo el Reino Unido, Australia, Italia, el Mossad en Italia. El MI6 trabajaba en una escuela de inteligencia que habían creado”, afirman los periodistas.
Oficialmente, el FBI solo comenzó a investigar la campaña de Trump ese verano, después de que, según los informes, un diplomático australiano escuchó a un asistente mencionar a Rusia. De confirmarse, estos hallazgos demostrarían que la comunidad de inteligencia estadounidense había trabajado durante meses antes para establecer ese pretexto.
En una declaración a los periodistas de investigación, el FBI dijo que había dado “pasos en falso” en la investigación de la campaña de Trump en 2016 y 2017, pero que desde entonces ha implementado reformas para evitar que vuelva a suceder.
“Las acusaciones de que se le pidió al GCHQ (British Government Communications Headquarters) que realizara ‘escuchas telefónicas’ contra el entonces presidente electo no tienen sentido”, dijo un portavoz de la agencia de vigilancia británica. “Son completamente ridículos y deben ignorarse”. Shellenberger, Taibbi y Gutentag dijeron que nunca le habían preguntado al GCHQ sobre “escuchas telefónicas.”
Según Shellenberger, hay una “carpeta de 10 pulgadas” que contiene documentos previamente desconocidos sobre la vigilancia de la campaña de Trump por parte de la comunidad de inteligencia. El 45º presidente de los Estados Unidos había ordenado que estos documentos fueran desclasificados, pero en cambio desaparecieron. En una aparición en Fox News el Martes por la noche, Shellenberger sugirió que la redada del FBI en Agosto de 2022 en el resort Mar-a-Lago de Trump podría estar relacionada con la carpeta desaparecida.
Después de que la comunidad de inteligencia estadounidense creara un pretexto para investigar a Trump por ‘vínculos con Rusia’, espiaron su campaña, y luego su presidencia, utilizando una orden FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act) obtenida falsamente. La orden judicial se basó en el ‘dossier Steele’, un archivo compilado por un espía británico a sueldo de la campaña de Hillary Clinton, a través de varios intermediarios. El FBI sabía que el expediente era falso ya en Enero de 2017, pero continuó usando la orden de FISA durante casi un año a partir de entonces.
El abogado del FBI que alteró las pruebas para obtener la orden judicial, Kevin Clinesmith, terminó sentenciado a libertad condicional y desde entonces se le ha restaurado la licencia de abogado.
Fuente: RT
