Meta, la compañía propietaria de Facebook, ha bloqueado una gran cantidad de cuentas y grupos como parte de su programa “Adversarial Threat”.
El gigante de las redes sociales dijo que “eliminó tres redes CIB (coordinated inauthentic behavior – comportamiento inauténtico coordinado), en Serbia, Cuba y Bolivia, dirigidas a personas en sus propios países a través de muchos servicios a través de Internet y vinculadas a gobiernos o partidos gobernantes en cada estado.”
Pero la gente en Bolivia se opuso a esto por cuestiones de libertad de expresión. De acuerdo con un informe de los medios locales de Kawsuchen News, “1,041 cuentas de Facebook, 450 Páginas, 14 grupos y 130 cuentas de Instagram se eliminaron en Diciembre de 2022. Todas las cuentas prohibidas pertenecían a partidarios del Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP), el partido gobernante. Los que fueron expulsados no han podido regresar. La excusa dada es acusarnos de ‘comportamiento inauténtico coordinado’”.
Como señaló el autor del informe, Oscar Alfaro ,”la acusación de ‘comportamiento inauténtico coordinado’ es un concepto basado en algoritmos orientados a conveniencia. Sin embargo, tales algoritmos no pueden discernir el comportamiento social y grupal simple. En el caso de Bolivia, los activistas han utilizado las redes sociales como una plataforma para proporcionar una alternativa a los medios nacionales que están dominados por grupos de derecha.”
Meta afirma que está defendiendo a “miembros de la oposición”, pero, en la práctica, esto significa permitir que estos mismos grupos publiquen abiertamente discursos de odio y discriminación racial contra los grupos minoritarios de Bolivia. Estos son los mismos grupos responsables del golpe de Estado boliviano de 2020 que instaló el gobierno de extrema derecha de la (ahora ex) presidenta provisional Jeanine Áñez. Y Meta lo hace bajo el pretexto de que, en su opinión, son los partidarios del MAS quienes se hacen pasar por “guerreros digitales”, acosan a la oposición y denuncian masivamente sus publicaciones.
Muchos críticos han llamado fascista al régimen de Áñez, y no es una hipérbole. Nazis literales de Alemania encontraron un nido en Bolivia después de la Segunda Guerra Mundial y plantaron sus semillas en el país, particularmente en su parte oriental. Esa es ahora la base principal de la oposición política actual, que ha cometido una letanía de abusos contra los derechos humanos.
Por ejemplo, la masacre de Sacaba, que dejó 11 muertos y unos 98 heridos después de que la policía y los soldados dispararon contra los manifestantes que denunciaban el derrocamiento antidemocrático del ex presidente Evo Morales y la instalación de Áñez. También estuvo la masacre de Senkata por las fuerzas de Áñez, que también dejó otros 11 muertos y un estimado de 80 heridos.
Ese mismo mes, familiares llevaron los ataúdes de los muertos en los ataques a través de la ciudad de La Paz, y Áñez ordenó una represión de la marcha. Las milicias armadas también quemaron la Wiphala, un símbolo comúnmente utilizado como bandera que representa a los pueblos indígenas de la región de los Andes, en plazas públicas durante la agitación política. Áñez instituyó esta violencia con el “Decreto 4078”, que era esencialmente una licencia para matar manifestantes que era tan descarada que incluso fue denunciada por la organización occidental de derechos humanos, Amnistía Internacional. Con este decreto, su régimen absolvió a las fuerzas armadas del país de cualquier responsabilidad.
Derecha fascista: Áñez libera a militares de responsabilidad penal en Bolivia
Eso sin mencionar los eventos violentos que tuvieron lugar antes de que ella tomara el poder en primer lugar. Después de la renuncia forzada de Víctor Borda, representante del MAS, del cargo de presidente de la cámara baja de la legislatura de Bolivia, los manifestantes torturaron a su hermano y quemaron la casa de su familia.
Hablé con Oscar Alfaro como seguimiento de la inquietante decisión de Meta de defender a los “miembros de la oposición”, que siguen cometiendo actos de violencia e insurrección. Me dijo que “la acusación de los llamados comportamientos inauténticos no tiene sentido en una red social que promueve grupos. Los términos de servicio no prohíben tener amigos con los mismos puntos de vista políticos y usar la plataforma para difundir información objetiva y desacreditar noticias falsas.”(Facebook es conocido por permitir que noticias falsas se difundan en idiomas extranjeros distintos del inglés debido a la falta de personal calificado y un sistema de inteligencia artificial defectuoso).
El también dijo que “todas las cuentas prohibidas eran legítimas y perdieron todos los recuerdos acumulados a lo largo de los años, fotos y videos personales sin opción de descargarlos en este momento, que técnicamente son nuestros datos personales, y confiamos en estas plataformas como Facebook e Instagram para tomar decisiones justas”.
En cambio, a pesar de que Meta afirma ser objetivo, claramente está inclinando la balanza para los elementos profascistas en Bolivia al tiempo que margina a los miembros y partidarios del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Esto interfiere gravemente con los asuntos internos de Bolivia y ayuda a grupos que cometieron violencia política desenfrenada mientras estaban en el poder, frustraron la libertad de expresión y masacraron abiertamente a activistas pro-MAS.
Meta y sus compañias, como Facebook, Instagram y WhatsApp, son plataformas extremadamente poderosas e influyentes para grupos políticos de todo el mundo. Al marginar al MAS, Facebook está preparando el escenario para un posible resurgimiento fascista, sumiendo así, una vez más, al país sudamericano en años de violencia y caos. Áñez y sus colaboradores están en prisión por sus crímenes contra el pueblo boliviano. Ellos son criminales, demostrado por una investigación exhaustiva y pública.
Las plataformas digitales, como las alojadas por Meta, fueron extremadamente útiles para las organizaciones que buscaban movilizarse contra Áñez. Esto finalmente llevó a la elección del actual presidente Luis Arce, miembro del MAS, y puso fin a las fuerzas fascistas prooccidentales que torturaron al Estado plurinacional. Sin estas herramientas, o con estas herramientas operando activamente contra ellos, las fuerzas pro-MAS se verán gravemente perjudicadas, y la balanza del poder podría inclinarse hacia los elementos criminales de extrema derecha.
Una y otra vez, Meta ha demostrado ser un facilitador de fuerzas reaccionarias y de extrema derecha en todo el mundo, así como un promotor de noticias falsas, especialmente en espacios de idiomas extranjeros. Es una plataforma que ha tenido una participación verificable en numerosas atrocidades. Meta ayudó a difundir el discurso de odio en Myanmar, lo que llevó a la violencia posterior contra la población musulmana Rohingya en el país. También ayudó a permitir la organización de los disturbios del Capitolio del 6 de Enero de 2021 en Washington, DC, que fue esencialmente un intento fallido de golpe de estado por parte de la extrema derecha y proporcionó un vehículo para el movimiento antivacunas.
Es por esta razón que países como China y Rusia han bloqueado el acceso a Meta, viéndola como nada más que un arma desestabilizadora, e incluso la Unión Europea ha implementado legislación para combatir sus efectos nocivos. Esto es bastante comprensible, ya que Meta ha demostrado no ser una plataforma objetiva para que las personas se conecten, sino que ha provocado un daño grande e irreversible a la sociedad civil en todo el mundo. Lo que está sucediendo ahora con Bolivia es solo el último ejemplo – y aún está por verse cuán gravemente Meta dañará la estabilidad del país sudamericano en el futuro.
Fuente: RT
