El presidente peruano Pedro Castillo fue destituido del poder por votación parlamentaria por tratar de cumplir su promesa de campaña de reforma constitucional. Las enmiendas harian que el país fuera más resistente a las crisis políticas, y a los Estados Unidos no le podía gustar esto.
Castillo es destituido por ‘incapacidad moral’
El presidente peruano, Pedro Castillo, fue arrestado el Miércoles después de que el Parlamento lo destituyó de su cargo después de intentar destituir a los legisladores por “abuso de autoridad”. El Martes, Castillo anunció un estado de emergencia y elecciones de la asamblea constituyente para lanzar un referéndum sobre la nueva Constitución.
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Los diputados peruanos acusaron al jefe del poder ejecutivo de intento de golpe de estado y completaron con éxito el tercer intento de juicio político contra el presidente en 18 meses alegando su “incapacidad moral permanente”.
La incapacidad moral permanente es una cláusula que se incluyó en la Constitución peruana hace más de 180 años. Los expertos creen que la cláusula “no tiene una definición objetiva”. En el siglo XIX, el concepto significaba “locura”, pero ahora también implica cargos de corrupción.
Las fuerzas armadas y los obispos católicos se negaron a apoyar al presidente elegido democraticamente. Castillo fue acusado de corrupción y plagio en cinco cargos, y luego de incitación a la insurrección. El se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión.
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La destitución de Castillo fue aprobada por 101 votos de 130 diputados en el parlamento unicameral. La Vicepresidenta Dina Boluarte fue nombrada Presidenta interina. Ella se desempeñará como presidenta hasta que el mandato de Castillo expire el 26 de Julio de 2026.
Según las redes sociales, incluso los partidarios de Castillo lo traicionaron – miembros del Partido Perú Libre (37 diputados) y la mayoría de los ministros renunciaron. De hecho, Castillo rompió con el partido en Junio. Castillo también cambiaría ministros como calcetines debido al choque de opiniones.
Por supuesto, su intento de disolver el parlamento se basaba en la esperanza de tener el apoyo popular.
Qué planes tenía Castillo
Después de ganar las elecciones presidenciales hace 18 meses, el maestro rural José Pedro Castillo Terrones enfrentó la oposición de la mayoría parlamentaria. El gobierno también trabajó para militarizar en contra de sus iniciativas. Estas fueron iniciativas tales como:
- establecer programas sociales para erradicar el analfabetismo y aumentar la inversión en
- educación hasta el diez por ciento del PIB peruano;
- otorgar préstamos a 2.2 millones de pequeños agricultores a un interés mínimo;
- creación de mecanismos de asistencia técnica a los campesinos;
- creación de 300 cooperativas campesinas en el marco de la ley de cooperativas en el medio rural;
- establecer el beneficio Yanapay de 350 soles (unos 84 dólares) para aproximadamente 13 millones de personas en situación de vulnerabilidad social;
- reducir los precios del gas doméstico en 11 soles (2.8 dólares).
Las enmiendas a la Constitución preveían, entre otras cosas, la exclusión de la “incapacidad moral” como base para destituir al presidente del poder, así como la exclusión de la disposición de un voto de confianza en el parlamento para destituirlo.
Esto habría sacado a Perú de la crisis que vive el país desde 2016 con cinco presidentes en el cargo en ocho años. Estados Unidos no quería que eso sucediera.
Estados Unidos necesita un mundo inestable
Estados Unidos reconoció de inmediato al nuevo presidente y apoyó la destitución de Castillo.
Un portavoz del US State Department dijo que el gobierno estaba “celebrando” el nombramiento de Boluarte. Además, la White House elogió a las instituciones y autoridades civiles de Perú por ” garantizar la estabilidad democrática.”
El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello, acusó a Estados Unidos de apoyar el juicio político de Castillo.
“Acaban de dar un golpe de Estado al presidente peruano. Tenían una declaración y todo lo demás preparado de antemano, y la vicepresidenta solo estaba esperando”, dijo Cabello en un programa personal de Venezolana de Televisión (VTV).
Más del 86 por ciento de los encuestados no aprueba el trabajo del Parlamento de Perú, subrayó Cabello, pero el mundo apoyaría el “espectáculo escenificado”, el agregó.
“El mundo no dirá nada, todos permanecerán en silencio. Este es otro golpe de estado instigado por Estados Unidos. Este es un ataque oficial contra el avance de las fuerzas de izquierda en América Latina, este es el inicio de una guerra real con el uso de trucos y mentiras”, dijo.
México es el siguiente en la línea
El diputado mexicano Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, también acusó a Estados Unidos de estar detrás del golpe de estado en Perú.
En su cuenta de redes sociales, Noroña dijo que Estados Unidos estaba derrocando gobiernos legítimos.
“Primero hay una ley contra Cristina Fernández, ahora hay un golpe de estado contra Pedro Castillo, el presidente legítimo de Perú. Las fuerzas de derecha y el gobierno de Estados Unidos reanudan su ataque a los gobiernos populares”, dijo Noroña.
El diputado instó a los mexicanos a estar atentos, ahora “vendrán” por el gobierno y el presidente de México, el advirtió.
Reacciones en América Latina
El juicio político de Perú no encontró aprobación universal en la región.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acusó a la “élite económica y política” del país de obligar a Castillo a tomar las decisiones que llevaron a su renuncia. México anunció su disposición a otorgar asilo político a Castillo.
El gobierno del presidente de Bolivia, Luis Arce, dijo en la Organización de Estados Americanos (OEA) que no aceptaba la destitución de Castillo.
Los bolivianos recordaron un caso similar en su país y condenaron a la OEA por juzgar mal la situación “por segunda vez.”
En Bolivia, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales de 2019, pero fue acusado de falsificar el recuento de votos y recibió asilo político en México. Sin embargo, el representante de su partido, Luis Arce, ganó las siguientes elecciones y Morales regresó a Bolivia con los cargos retirados.
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Los cargos de corrupción se utilizan como pretexto común para los golpes de Estado en América Latina. Las instituciones de Soros buscan cualquier laguna legislativa, y los jueces sobornados dictan sentencias con ese fin.
El presidente brasileño, José Inácio Lula da Silva, y su sucesora, Dilma Rousseff, también sufrieron esta táctica. Se emitió un veredicto contra Cristina Kirchner, la vicepresidenta en funciones de Argentina.
Posteriormente, Lula fue absuelto, lo que le dio la oportunidad de ganar las recientes elecciones.
¿La gente apoyará a Castillo?
Castillo esperaba el apoyo de la gente. Las protestas están en marcha en Lima, y los manifestantes están presionando para que se celebren elecciones generales anticipadas.
La experiencia de Argentina, Bolivia y Brasil muestra que los tiempos están cambiando y la gente devuelve a los políticos populares a sus cargos. La decepción en la economía neoliberal ha ido en aumento, y Estados Unidos no podrá hacer nada al respecto. Estados Unidos eventualmente perderá la oportunidad de instalar sus propios líderes títeres en diferentes países de la región.
Fuente: Pravda
