Una decisión rusa de detener el suministro de uranio enriquecido a las compañías eléctricas estadounidenses desconectaría muchos de los reactores nucleares de Estados Unidos en un año, lo que provocaría un aumento en los precios de la electricidad más allá de la inflación de precios actual y, potencialmente, dejaría a algunas áreas del país incapaces de satisfacer la demanda, advirtió el análisis en The Hill “Russia’s nuclear power dominance”.
El informe, escrito por el ex subsecretario del Departamento de Energía Paul Dabbar y el investigador de energía de la Columbia University Matt Bowen, señaló que la energía nuclear representa más del 20 por ciento de la capacidad de generación de electricidad de Estados Unidos. Casi la mitad del uranio utilizado por las 56 centrales nucleares operativas del país se importa de Rusia, Kazakhstan, y Uzbekistan.
Dabbar y Bowen señalaron que, aunque Rusia solo extrae el seis por ciento del uranio del mundo, controla alrededor del 40 por ciento del mercado mundial de conversión de uranio y el 46 por ciento de la capacidad total de enriquecimiento de uranio.
Otros países dependen aún más de Rusia para sus necesidades de generación de energía nuclear, escribieron los autores, con Finlandia, la República Checa, Hungría, Finlandia y Turquía que dependen del gigante nuclear estatal ruso Rosatom para todo, desde la extracción de uranio, la molienda, la conversión, el enriquecimiento y la fabricación de combustible hasta la construcción y el servicio de reactores de última generación.
Dabbar y Bowen instaron a los líderes occidentales a “considerar de inmediato su exposición a las exportaciones nucleares rusas y tomar medidas para reducirla o enfrentar otro shock energético a manos de Putin”, e instaron al gobierno federal de los Estados Unidos a proporcionar asistencia e incentivos para la conversión de uranio y las instalaciones de enriquecimiento con sede en los Estados Unidos para reconstruir la ruinosa cadena de suministro de combustible nuclear del país.
Pero…. ¿Por qué?
Los autores del informe no especificaron por qué “Putin” o Rusia se moverían para privar a Estados Unidos o Europa de sus necesidades de recursos relacionados con la energía nuclear. En los últimos meses, a pesar de la crisis de Ucrania, el Estado ruso y las principales empresas, incluidas Rosatom, Gazprom y Rosneft, se han comprometido hasta ahora a seguir cumpliendo los contratos con sus socios comerciales, con la salvedad de que el gas comprado por los países que han sancionado a Rusia se page en rublos.
En Marzo, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, dijo que Rusia estaba considerando prohibir las exportaciones de uranio a Estados Unidos en respuesta a las sanciones de Estados Unidos, pero no se ha tomado una decisión final al respecto.
Putin y otros funcionarios han mirado con desconcierto las decisiones tomadas por los países occidentales para reducir la dependencia de las entregas de energía rusas. El mes pasado, el presidente ruso lamentó la decisión de la Unión Europea de cometer un “suicidio económico” al reducir las compras de gas de Rusia, diciendo que no solo resultaría en altos precios para los consumidores, sino que socavaría la competitividad de la industria europea a nivel mundial.
“Una economía tan dependiente …es por supuesto, el asunto interno de los países europeos. Nosotros debemos proceder pragmáticamente y principalmente para nuestros propios intereses económicos”, dijo Putin.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva en Marzo que prohíbe la importación de energía rusa, pero dejó el uranio fuera de la lista de artículos prohibidos de Estados Unidos, según los informes, luego de un fuerte cabildeo del National Energy Institute, un grupo comercial de grandes compañías de generación de energía nuclear de Estados Unidos.
El petróleo ruso representó solo el uno por ciento del consumo de Estados Unidos, pero su pérdida ha tenido un impacto notable en los precios de la energía en Estados Unidos, con los precios de la gasolina alcanzando un máximo sin precedentes de más de 5 dólares por galón la semana pasada. Biden ha culpado a Putin, a las compañías petroleras estadounidenses, al coronavirus e incluso a la ayuda estadounidense a Ucrania por la crisis, pero no a las políticas de su propia administración.
Precios de la gasolina en Estados Unidos se duplican con Biden
Estados Unidos ha dependido de las importaciones de uranio ruso desde principios de la década de 1990. En 1993, el entonces vicepresidente Al Gore y el primer ministro ruso Viktor Chernomyrdin firmaron un acuerdo de 20 años y 11,900 millones de dólares para la entrega de más de 550 toneladas métricas de uranio altamente enriquecido extraído de ojivas nucleares soviéticas desechadas. Estas entregas terminaron suministrando alrededor del 10 por ciento de toda la electricidad generada en los Estados Unidos durante los próximos 15 años y bombeando más de siete mil millones de megawatts hora de energía.
Fuente: Sputnik
