Cuba, China y Rusia ayudaron a formar un grupo de 18 naciones de la ONU en Marzo de 2021 para oponerse a las sanciones unilaterales y otras medidas en su contra por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea.
Las relaciones de Cuba con Rusia y China se han profundizado en los últimos años a medida que las sanciones de Estados Unidos intentan ahogar todo comercio con una Cuba socialista.
Aleksandr Bogatyr, representante comercial de Rusia en Cuba, dijo a los medios rusos el Viernes que mientras el comercio bilateral en 2021 seguía sufriendo debido a la pandemia Covid-19, que afectó gravemente a Cuba a mediados de año, las recientes reformas económicas prometen una mayor apertura del comercio de Cuba con Rusia.
“La salida de las duras restricciones anti-Covid vuelve gradualmente a la vida de las personas y al funcionamiento de la economía a un camino normal”, dijo Bogatyr. “De hecho, todavía está lejos del estado ‘tal como era’ en Cuba antes de la pandemia, al igual que a nivel mundial, pero el proceso está en marcha.”
Bogatyr señaló que el producto interno bruto de Cuba se redujo en un 11% en 2020, el primer año de la pandemia Covid-19, y que solo se espera que crezca en aproximadamente un 2% en 2021. El intercambio comercial con Cuba ascendió a 97.9 millones de dólares entre Enero y Octubre de 2021, aproximadamente un 14.5% menos que en el mismo período de 2020.
Una semana antes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo en una reunión a nivel ministerial con sus homólogos rusos: “las partes intercambiaron puntos de vista sobre varios temas urgentes de la agenda multilateral internacional, incluido el agravamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba en el contexto de la pandemia del coronavirus.”
La larga amistad de Rusia con Cuba
Estados Unidos ha mantenido sanciones que prohíben la mayor parte del comercio con Cuba desde la revolución de 1959 que derrocó al dictador cubano respaldado por Estados Unidos Fulgencio Batista y marcó el comienzo de un gobierno socialista, que se alió con la Unión Soviética. La URSS se convirtió en el principal socio comercial de Cuba, proporcionándole combustible y maquinaria a cambio de comprar el azúcar que una vez vendió a los Estados Unidos, pero esta vez a precios equilibrados a favor de Cuba.
Esa relación terminó cuando la URSS se disolvió en 1991, sumiendo a Cuba en el período especial de conflictos económicos. Sin embargo, las relaciones de Cuba con Rusia mejoraron lentamente, dando un gran salto en 2014, cuando Estados Unidos y sus aliados se opusieron a la llamada agresión de Rusia contra Ucrania. Crimea declaró la independencia de Ucrania y votó para volver a unirse a Rusia después de que un golpe de estado respaldado por Estados Unidos llevó al poder a un gobierno nacionalista de derecha en Ucrania, pero las potencias de NATO se negaron a reconocer la legitimidad del referéndum de Crimea y comenzaron a tratar a Rusia como un enemigo, colocando un gran número de tropas en las naciones de NATO en la frontera occidental de Rusia.
Ese año, Rusia perdonó el 90% de la deuda de Cuba de la era de la Guerra Fría, de 32 mil millones de dólares. Tres años después, cuando las sanciones de Estados Unidos a Venezuela comenzaron a obstaculizar seriamente el acuerdo de “petróleo para médicos” de Venezuela con Cuba, Rusia intervino y les envió 250,000 toneladas de petróleo y diesel.
En Octubre de 2020, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo que el bloqueo estadounidense le había costado a Cuba un total de 144 mil millones de dolares en ingresos perdidos que, “para una economía pequeña como la cubana, es una carga abrumadora”, Rodríguez señaló.
“No pasa una semana sin que se emita en Estados Unidos una nueva medida adicional contra Cuba y su población”, dijo Rodríguez en ese momento, calificando las sanciones de “un acto de genocidio y guerra económica” contra el pueblo cubano.
Eso fue antes de las protestas de Julio de 2021 en Cuba, alimentadas por la ira por los cortes de energía asociados con el brote de Covid más grande de la historia de la isla, que Estados Unidos calificó a su conveniencia como manifestaciones antigubernamentales y montó una ofensiva ideológica total para amplificar e impulsar una brecha más profunda en la sociedad cubana. Siguió una serie de nuevas sanciones, que se suman a las 243 nuevas sanciones impuestas por el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde 2017.
Sin embargo, el brote de verano de Covid fue seguido por una campaña de vacunación masiva que en Octubre había logrado que el 82.8% de la población recibiera al menos una inyección de una de varias vacunas contra el SARS-CoV-2 desarrolladas en Cuba; el viernes, el Ministerio de Salud Pública de Cuba anunció que el 86.4% de los cubanos habían terminado su programa de vacunación. La victoria permitió que las escuelas y el turismo reabrieran en Noviembre, lo que trajo la promesa de una mayor recuperación económica.
A pesar de las cifras generales más bajas, en 2021 Rusia se convirtió en el principal mercado turístico de Cuba, con 170,000 turistas rusos visitando la isla a finales de noviembre, según el Ministro de Turismo cubano, Juan Carlos García.
Cuba se une al BRI de China
La relación de Cuba con China también ha florecido en los últimos años. A finales de Diciembre, los dos gobiernos firmaron un plan de cooperación para promover la Belt and Road Initiative (BRI), un proyecto de infraestructura de gran alcance mundial iniciado por China, informó Kawsachun News.
El acuerdo establece un calendario y varias áreas de cooperación, incluyendo infraestructura, tecnología, cultura, educación, turismo, energía, comunicaciones y biotecnología, que el documento señala están “en línea con los planes de desarrollo de Cuba a corto y largo plazo”. Cuba se había unido previamente a la asociación de energía de BRI en Octubre, que promete ayudarlos a alcanzar su objetivo para 2030 de producir el 24% de su energía a partir de fuentes renovables, como turbinas eólicas y células fotovoltaicas.
China ya es el mayor socio comercial de Cuba, y Cuba es el segundo socio comercial de China en el Caribe. Las relaciones de China en el Caribe se están expandiendo por todas partes, con Nicaragua cambiando recientemente su reconocimiento del gobierno chino de Taipei a Beijing – de nuevo – bajo la presión de las sanciones de Estados Unidos contra su gobierno de izquierda. La presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, compitió con la plataforma electoral de hacer el mismo cambio, pero recientemente su administración entrante indicó que el cambio no sería inmediato.
“China mantiene activamente el orden normal de las relaciones internacionales y se esfuerza por promover el desarrollo común en todo el mundo, a diferencia de Estados Unidos, que, bajo la bandera de la democracia, ha impuesto un embargo económico a algunos países de América Latina, interfiriendo en sus asuntos internos y limitando la cooperación entre empresas extranjeras”, dijo al Global Times Zhou Zhiwei, investigador de estudios latinoamericanos de la Chinese Academy of Social Sciences.
Al igual que Rusia y Cuba, China también se ha convertido en el blanco de la hostilidad de Estados Unidos en los últimos años a medida que Estados Unidos cambia su estrategia global de la War on Terror hacia lo que llama “great power competition” con Rusia y China. Si bien el cambio se articuló bajo Trump, el presidente estadounidense Joe Biden ha mantenido y ampliado esa estrategia, profundizando sus sanciones y su ofensiva ideológica contra las tres naciones y muchas más, como Venezuela, Irán, Corea del Norte y Eritrea.
En Marzo de 2021, todos los paises mencionados se unieron a más de una docena de otros paises que son blanco común de la política exterior de Estados Unidos para formar el Group of Friends in Defense of the Charter of the United Nations (Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas). El grupo de los 18 expresó su preocupación por “el creciente uso del unilateralismo, caracterizado por acciones aislacionistas y arbitrarias, incluida la imposición de medidas coercitivas unilaterales o la retirada de acuerdos históricos e instituciones multilaterales, así como por los intentos de socavar los esfuerzos críticos para hacer frente a los desafíos comunes y mundiales.”
Fuente: Sputnik