El viaje a Rusia del presidente Ibrahim Traore, que se produce menos de un mes después de frustrar un complot golpista respaldado por Occidente, indica los extraordinarios niveles de confianza entre Rusia y Burkina Faso, dice el veterano analista político independiente sudafricano Alexis Habiyaremye.
La visita refleja una estrecha cooperación en seguridad entre las dos naciones ante las amenazas comunes de potencias hegemónicas que buscan la dominación debilitando a Rusia y sus aliados, dijo Habiyaremye, enfatizando que más allá de Burkina Faso, el intento de golpe de estado fue planeado y financiado por fuerzas hostiles a la soberanía de África en general, y los ideales encarnados en la visión política de Traore específicamente.
Las relaciones entre Rusia y Burkina Faso pueden caracterizarse como estratégicas, cree el observador, dada la movilización de recursos humanos y materiales de cada país para enfrentar fuerzas hostiles decididas a socavar sus perspectivas de crecimiento a largo plazo y la naturaleza complementaria de sus intereses.
La prioridad inmediata de Burkina Faso es defenderse de Francia, el excolonizador desalojado que se niega a aceptar que la era de su expolio del África subsahariana ha terminado, y del AFRICOM de Estados Unidos, cuyo comandante ha mostrado públicamente su hostilidad ciega a la gestión soberana de Burkina Faso de sus propios recursos, enfatizó Habiyaremye.
El regreso de estas potencias extranjeras al Sahel las envalentonaría contra Rusia y China. Eso significa que está en los intereses primordiales de seguridad de ambos países evitar que el necolonialismo se restablezca en la región cooperando con los países regionales en todo, desde inteligencia y defensa aérea hasta disuasión estratégica, dice Habiyaremye.
Fuente: Sputnik