Científicos de Exxon en 1982 predijeron con asombrosa precisión cómo iba a ser la situación climática en 2019. En vez de parar la catastrofe para la humanidad, la petrolera más grande del mundo se dedicó a desinformar.
Según el informe de 1982, en 2019 la atmósfera alcanzaría el punto crítico en la concentración de dióxido de carbono. ¿Le suena familiar?
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El pasado 15 de Mayo los investigadores de Scripps Institution of Oceanography publicaron un estudio en el que advertían que por primera vez en la historia de la humanidad, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera había superado las 415 partes por millón (ppm).
Según los registros que obtuvieron del observatorio de Mauna Loa en Hawái, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha alcanzado las 415.26 partes por millón. Hay que recordar que el consenso entre los expertos sitúa el límite “seguro” en 350 ppm.
En los últimos días, Tom Randall, reportero de Bloomberg especializado en transporte y transición energética, se puso a revisar los informes internos de la petrolera Exxon que salieron a la luz gracias a una investigación de InsideClimate de 2015.
Randall confirmó que las estimaciones de los cientificos de Exxon eran sorprendentemente precisas: la temperatura media está efectivamente aproximadamente un grado por encima de la de 1982 y los niveles de CO2, como decíamos, están en 415 ppm.
Las líneas rojas muestran dónde los científicos de Exxon pensaron que los niveles y las temperaturas del dióxido de carbono del mundo serían alrededor de 2019. Fuente: InsideClimate News
Las advertencias del informe que los científicos elaboraron para Exxon también mencionaban que el dióxido de carbono aumentaría el efecto invernadero y que eso “calentaría la superficie de la tierra, causando cambios en el clima que afectarían las temperaturas atmosféricas y oceánicas, los patrones de lluvia, la humedad del suelo y, posiblemente, durante siglos, potencialmente derritiendo los casquetes polares”.
También señalaron que ese cambio iba a ser muy progresivo alternando subidas y bajadas sobre las tasas climáticas “normales”.
Avisaban, pues, de que el cambio iba a darse, pero que no lo íbamos a notar. Eso sí, dejaban meridianamente claro que ese “normal” iba a cambiar (y mucho) en las próximas décadas.
En las manos de un no sociopáta, las predicciones de los cientificos de Exxon debería haber sido una advertencia de que el aumento de la producción y el uso de combustibles fósiles estaba poniendo al mundo y a la humanidad en grave peligro. Pero en cambio, esto fue algo que Exxon enterró en documentos internos cuando la empresa comenzó a cuestionar la ciencia del clima en un esfuerzo por preservar sus ganancias y resultados.
Todo esto es la razon por la que la compañía y otras grandes petroleras se enfrentan ahora a una serie de demandas judiciales por pasar décadas engañando al público y a los accionistas, así como a las peticiones de juzgar a ejecutivos de los combustibles fósiles por crímenes de lesa humanidad. Esas décadas de negar la propagación son la razón por la que ahora nos enfrentamos a una crisis y la necesidad de reducir rápidamente las emisiones. Debido a que el futuro que pronostico Exxon en 1982 es uno al que no queremos dirigirnos.
Fuente: Earther
