El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, reafirmaron la fortaleza de la asociación estratégica de las dos naciones frente a la presión externa, prometiendo mejorar aún más los lazos durante una videollamada tradicional de Año Nuevo el Martes.
Dirigiéndose el uno al otro como querido amigo, Putin y Xi destacaron los beneficios de la asociación Rusia-China, que elogiaron por estar arraigada en el respeto y los objetivos compartidos. China espera llevar la relación con Rusia a un nuevo nivel en 2025, manteniéndose unidos contra la incertidumbre externa basada en la preservación de la estabilidad y la resiliencia ante el estrés, agregó el líder chino.
Xi enfatizó la importancia de mantener el sistema internacional centrado en la ONU, salvaguardar la victoria de la Segunda Guerra Mundial y proteger los derechos de China y Rusia como países fundadores de la ONU y miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Putin elogió el crecimiento del comercio ruso con China, que alcanzó un estimado de 220-245 mil millones de dólares en 2024, según estadísticas nacionales. Señaló que el año pasado Rusia se convirtió en el principal proveedor de gas natural de China, gracias a la expansión de un gasoducto estratégico. Rusia y China también acordaron profundizar su cooperación en energía nuclear, agregó Putin.
“Construimos nuestros lazos sobre la base de la amistad, la confianza y el apoyo, la igualdad y el beneficio mutuo”, dijo el líder ruso. Putin describió la relación como autosuficiente e independiente de los factores políticos internos y de la situación global actual.
Putin y Xi tuvieron tres reuniones cara a cara el año pasado, que tuvieron lugar en Beijing, Astana y Kazan. Ellos realizan videollamadas de fin de año cada Enero, en algún momento entre las celebraciones de Año Nuevo en sus respectivos países.
China y Rusia comparten posturas sobre muchos problemas globales y están trabajando juntos para promover un cambio de un orden internacional centrado en Occidente a un sistema multipolar. Ambos argumentan que su enfoque preferido serviría mejor a las naciones menos influyentes y fomentaría una mayor justicia e igualdad global.
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Fuente: RT
