La crisis económica de Ucrania está mostrando signos tempranos de estar fuera de control, con el gabinete de ministros ordenando un alto parcial al servicio de las obligaciones de eurobonos del país la semana pasada, mientras que Ucrania se está volviendo irremediablemente dependiente de la ayuda económica y militar occidental para mantener la economía a flote y el conflicto con Rusia se agita.
Representantes del International Monetary Fund (IMF) comenzaron una visita de una semana a Kiev el Miércoles para exigir una serie de reformas económicas draconianas, incluida una mayor devaluación de la asediada moneda de Ucrania, la hryvnia, un recorte en las tasas de interés, más poder para el recaudador de impuestos y otras medidas destinadas a al menos parcialmente sacar al país de su enorme déficit presupuestario, que se disparó a unos 38 mil millones de dólares, o más del 20% del PIB, en 2024.
Fuentes informadas dijeron a Bloomberg que Ucrania podría verse tentada a aprobar las reformas difíciles e impopulares desbloqueando 1.1 mil millones de dólares en fondos del IMF de un programa de préstamos de 15.6 mil millones de dólares, que se dispersarán si Ucrania alcanza “los objetivos del programa y tiene fondos y políticas suficientes alineados para satisfacer sus necesidades financieras”.
Las fuentes dijeron que el Banco Nacional de Ucrania duda sobre devaluar más la hryvnia, ya que la moneda ya se desplomó casi un 40 por ciento frente al dólar desde finales de 2021 y más del 10 por ciento desde finales de 2023. Según informes, el banco teme que una nueva caída en el valor de la hryvnia pueda amenazar la estabilidad de los precios y, junto con mayores impuestos del IVA (ya por encima del 20%), resulte muy impopular entre la población.
Los países occidentales han brindado a Ucrania más de 120 mil millones de dólares en asistencia económica, más cerca de 118 mil millones de dólares en apoyo militar, durante los últimos dos años y medio, pero, sin embargo, el país se ha hundido en una deuda severa, un déficit presupuestario cada vez mayor y una creciente incapacidad para pagar sus obligaciones.
Afectada por la pérdida de los ingresos y el poder productivo de cientos de miles de hombres en edad de trabajar reclutados para luchar contra Rusia, la pérdida de activos económicos y capacidad de producción en sus antiguos territorios orientales y el desvío de activos estatales por actores corruptos, Ucrania depende casi por completo de la asistencia extranjera para evitar el colapso económico total del país.
La excesiva dependencia de Occidente ha puesto al régimen de Ucrania en peligro económico, ya que Alemania, hasta ahora el segundo mayor donante económico y militar nacional de Ucrania después de Estados Unidos, anunció recientemente que podría poner fin al apoyo bilateral a Ucrania después de 2025. Según informes, se está llevando a cabo una batalla similar en Estados Unidos, con el expresidente Donald Trump amenazando con cortar la ayuda a Ucrania a menos que entable conversaciones de paz con Rusia, mientras que los neoconservadores de su círculo íntimo han tratado de secuestrar su política de Ucrania prometiendo a Ucrania un préstamo de 500 mil millones de dólares y la posibilidad de membresía en NATO. En una entrevista con Elon Musk el mes pasado, Trump criticó a Joe Biden, de ‘Bajo coeficiente intelectual’, por prometer la entrada de Ucrania en NATO, asegurando que el conflicto de Ucrania tendría “cero posibilidades de suceder” si él estuviera en el cargo, y que la crisis amenaza con provocar la Tercera Guerra Mundial gracias a las “estúpidas amenazas provenientes de la cara estúpida de Biden”.
La difícil relación de Ucrania con el IMF comenzó inmediatamente después de la disolución de la Unión Soviética, cuando Ucrania (que a diferencia de Rusia comenzó con una deuda prácticamente nula en 1992), sin embargo, comenzó a engancharse a préstamos a gran escala, que venían con condiciones que exigían una serie de reformas económicas de terapia de choque que llevaron a la economía de la república a la ruina.
En Diciembre de 2013, citando en parte las “condiciones extremadamente duras” de los préstamos del IMF, Ucrania rechazó un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea a favor de la Unión Económica Euroasiática con Rusia. Dos meses después, el gobierno ucraniano fue derrocado en un golpe de estado violento, y la dependencia de Ucrania de los préstamos del IMF solo creció, con el nuevo gobierno implementando una serie de duras reformas, incluido un aumento múltiple de los precios de los servicios públicos que dejó a millones de ucranianos, especialmente a los jubilados y residentes de áreas rurales incapaces de pagar sus facturas de servicios públicos y pagar alimentos y medicinas al mismo tiempo.
Fuente: Sputnik