La hambruna que amenaza al Yemen desgarrado por la guerra es incluso peor que las estimaciones anteriores, que ya lo calificaron como la peor crisis humanitaria del mundo. La ONU ahora estima que 14 millones de yemenies están en riesgo.
El UN Under Secretary General for Humanitarian Affairs, Mark Lowcock, pidió un alto el fuego humanitario en áreas esenciales para el suministro de ayuda e infraestructura. Debido a la deteriorada situación en el terreno, dijo, la ONU se vio obligada a revisar sus estimaciones de 11 millones de yemeníes al borde de la inanición hace dos semanas. Ahora, 14 millones de yemeníes enfrentan “condiciones previas a la hambruna”, confiando en la ayuda alimentaria para su propia supervivencia.
La mayor parte de esta ayuda – el 80 por ciento – llega a través del puerto de Hodeidah. La ciudad controlada por los Houthi ha estado bajo asedio por las fuerzas de la coalición lideradas por Arabia Saudita desde Junio. Los saudítas han acusado a su rival regional Irán de armar a los Houthis a través del puerto, aunque Irán niega las acusaciones.
La coalición liderada por Arabia Saudita incluye a: Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Bahrain, Kuwait, Qatar (hasta el 2017), Egipto, Jordania, Morocco, Senegal, Sudan, y esta soportada por: Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Turquía, Canada, Al-Qaeda, España, Corea del Sur, Malasia, Brasil, Finlandia, Pakistan, Bosnia & Herzegovina, Djibouti, Eritrea, Somalia, Francia, Alemania.
La NGO británica Save the Children afirma que casi dos tercios (64.5 por ciento) de yemeníes “no saben cuándo o si vendrá su próxima comida”, advirtiendo que aquellos que no mueren de hambre todavía corren el riesgo de sucumbir por enfermedad. Yemen se encuentra en medio del brote de cólera más grande del mundo, una situación exacerbada por lo que muchos creen es el ataque deliberado a los hospitales por parte de las fuerzas de la coalición liderada por Arabia Saudita.
Las fuerzas de la coalición, armadas y entrenadas por los Estados Unidos, han sido duramente criticadas por la comunidad internacional por atacar objetivos no militares como hospitales y fiestas de bodas. En agosto, un ataque aéreo saudita hizo estallar un autobús escolar y mató a 30 niños.
Aún así, los esfuerzos insistentes de los legisladores contra la guerra en el Congreso estadounidense para aprobar una legislación que ponga fin al apoyo de Estados Unidos al conflicto sangriento han fracasado.
La guerra de poderes en Yemen se ha prolongado desde 2015, matando o hiriendo a más de 60,000 yemenies en el país más pobre de Medio Oriente. Los precios de los alimentos aumentaron 68 por ciento y el valor de la moneda se depreció 180 por ciento. Según los informes de la ONU, más del 80 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, y millones de yemeníes se han visto obligados a abandonar sus hogares, incluido medio millón en Hodeidah en los últimos días.
Lowcock solicitó un aumento de la ayuda financiera y el apoyo para las operaciones de ayuda, incluida una inyección de divisas en la economía, además del cese de las hostilidades que rodean las áreas portuarias e de infraestructura yemenies.
Fuente: RT
