El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el Lunes una ley que pone fin oficialmente al Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE – Treaty on Conventional Armed Forces in Europe). El Kremlin explicó que el documento no había estado en vigor durante años.
El acuerdo de 1990, que fue firmado por miembros de NATO y del bloque soviético, incluidos los que luego se unieron al bloque militar liderado por Estados Unidos, puso límites al número de tanques, vehículos blindados, artillería, helicópteros y aviones estacionados en Europa como una forma de establecer el equilibrio militar en el continente.
Al comentar sobre la retirada, que fue aprobada anteriormente por los parlamentarios rusos, el secretario de Prensa del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la medida no tendría “ramificaciones directas”.
“El CFE era un mecanismo ya muerto… y no por culpa de Rusia”, agregó el portavoz. “En este caso, Rusia simplemente llevó la situación a la realidad de facto.”
Sin embargo, Peskov señaló “un gran vacío emergente” en la arquitectura para el control de armas y la estabilidad estratégica. En teoría, esas brechas “deben llenarse urgentemente con nuevos actos de derecho internacional que regulen esta situación”, el dijo, y agregó que tal resultado se adaptaría a los intereses de toda la comunidad global.
“Sin embargo, para que esto suceda, es necesario tener relaciones bilaterales de trabajo con varios Estados que actualmente no tenemos, de lo que tampoco tenemos la culpa”, enfatizó Peskov, argumentando que cualquier futuro acuerdo importante de control de armas debería basarse en “un trabajo muy intensivo y prolongado”.
Las preguntas sobre el destino de la CFE surgieron incluso antes del actual enfrentamiento entre Rusia y Occidente por Ucrania. En 2007, Rusia suspendió su participación en el tratado, citando el incumplimiento de los nuevos miembros de NATO de las restricciones estipuladas en el acuerdo.
En 2015, Rusia se retiró de los mecanismos de la CFE, y el ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, argumentó un año antes que “ningún miembro de NATO se está adhiriendo al tratado, y no queremos parecer que estamos participando en un teatro del absurdo.”
Fuente: RT