Las empresas de biotecnología occidentales presionaron a Twitter para que censurara los llamados a compartir sus patentes de vacunas contra Covid-19 y producir tratamientos genéricos de bajo costo, según un nuevo lote de archivos de Twitter. Las compañías también financiaron una organización sin fines de lucro que creó herramientas para combatir la “desinformación”, pero se negaron a señalar las afirmaciones engañosas de los gigantes farmacéuticos.
Los esfuerzos de cabildeo por compañias como BioNTech, Pfizer y Moderna fueron detallados el Lunes por Lee Fang en The Intercept, basándose en comunicaciones internas de Twitter.
Fang informa que en Diciembre de 2020, Nina Morschhaeuser, cabildera de Twitter en Europa, compartió con sus colegas una advertencia que recibió de la firma BioNTech y del gobierno alemán sobre una campaña que podría violar los términos de servicio de Twitter.
La campaña abogó por hacer que las vacunas contra Covid fueran más accesibles para las naciones más pobres al renunciar a la protección de patentes. Morschhaeuser compartió una solicitud de BioNTech para “ocultar” las publicaciones de activistas que apuntaban a la cuenta del fabricante de medicamentos. No está claro qué acción tomó Twitter, si es que tomó alguna.
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De manera similar, con Public Good Projects, una ONG que creó herramientas para identificar y denunciar supuestas desinformaciones sobre salud pública, incluidos los efectos de la pandemia Covid-19. Su campaña Stronger obtuvo 1,275,000 dólares en fondos de empresas de biotecnología, según declaraciones de impuestos que Fang revisó.
El CEO Joe Smyser describió el trabajo como un esfuerzo de buena fe para eliminar información falsa en línea. Pero la investigación de The Intercept descubrió que algunos de los tweets que la ONG señaló como problemáticos eran debates políticos legítimos, como críticas a los pasaportes de vacunas.
La campaña Stronger no se centró en la aparente desinformación que beneficiaba a sus financiadores, como una afirmación de Noviembre de 2022 del grupo industrial PhRMA de que 4.4 millones de empleos en Estados Unidos podrían verse amenazados al renunciar a las protecciones de las patentes de vacunas. Smyser respondió que su trabajo era alentar a las personas a vacunarse.
Las grandes farmacéuticas obtuvieron miles de millones de dólares en ganancias de la vacuna Covid-19. Sus intentos de “sofocar la disidencia digital durante una pandemia, cuando los tweets y los correos electrónicos son algunas de las únicas formas de protesta disponibles para quienes están encerrados en sus hogares, son profundamente siniestros”, dijo Nick Dearden, director de Global Justice Now, a The Intercept.
Cuando discutió en Diciembre de 2020 cómo los activistas por la equidad en las vacunas podrían participar en un “comportamiento de spam”, Holger Kersting, portavoz de Twitter en Alemania, señaló tres publicaciones que, según él, potencialmente violaban los términos de servicio. Dos de ellas provenían de Terry Brough, un albañil británico retirado de 74 años.
El se rió de la atención de alto perfil, diciéndole a Fang que si bien “no era el Che Guevara”, se enorgullecía de ser “un activista, un sindicalista y un socialista” y deseaba poder hacer más.
La historia marca la segunda contribución de Fang a los Archivos de Twitter, una serie de informes de varios periodistas, a quienes Elon Musk les ofreció acceso a los documentos de la plataforma después de que compró la compañía.
Fuente: RT
