El recién inaugurado presidente brasileño se vio obligado a declarar el estado de emergencia en el Distrito Federal de Brasilia el Domingo, después de que miles de partidarios de su predecesor de derecha, Jair Bolsonaro, invadieran el Congreso, la Corte Suprema y el Palacio presidencial de Planalto.
El presidente izquierdista denunció a los manifestantes como “vándalos y fascistas”, culpó a Bolsonaro de llenarse la cabeza de extremismo y prometió hacer que los responsables del caos “paguen con la fuerza de la ley”, al tiempo que prometió llegar al fondo de “quiénes son los financiadores” de los disturbios.
Las fuerzas de seguridad ya detuvieron al menos a 300 personas por asaltar los edificios gubernamentales y otros delitos presuntamente cometidos durante los disturbios, según la policía.
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue uno de los primeros presidentes americanos en abordar la crisis que calificó de intento de golpe de Estado.
“El fascismo decide dar un golpe de estado. La derecha no ha podido mantener el pacto de no violencia”, tuiteó el Domingo, pidiendo a la Organización de Estados Americanos que demuestre su relevancia y celebre una reunión urgente.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, declaró por su parte que su nación está “junto al pueblo brasileño para defender la democracia y nunca más permitir el regreso de los fantasmas golpistas promovidos por la derecha.”
“Pongo en alerta a los países miembros para que nos unamos en esta inaceptable reacción antidemocrática que se intenta imponer en Brasil”, agregó como presidente rotativo de otras dos organizaciones regionales, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, también describió el caos como un “intento de golpe de Estado reprobable y antidemocrático”, acusando a los “líderes del poder oligárquico, sus portavoces y fanáticos” de incitar los disturbios.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, calificó el incidente como un “ataque cobarde y vil a la democracia”, y expresó su total apoyo al gobierno de Brasil.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, expresó su confianza en que el pueblo brasileño “seguramente se movilizará en defensa de la paz y de su presidente”, y culpando de la violencia a “los grupos neofascistas de Bolsonaro”.
Cuba también se solidarizó con su “nación hermana”, y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, condenó los “actos violentos y antidemocráticos que ocurren en Brasil, con el objetivo de generar caos y no respetar la voluntad popular”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador condenó la violencia como un ataque “contra el marco institucional en Brasil “y reafirmó el “apoyo irrestricto de Ecuador a la democracia y al gobierno legítimamente elegido”.
Estados Unidos también emitió un breve comentario sobre los acontecimientos que se desarrollan en Brasil, y el US Secretary of State, Antony Blinken, dijo que “el uso de la violencia para atacar las instituciones democráticas siempre es inaceptable. El asesor de Seguridad Nacional de la White House, Jake Sullivan, agregó que el presidente Joe Biden “está siguiendo de cerca la situación y nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Brasil es inquebrantable.”
Fuente: RT