Durante más de 40 años, Estados Unidos ha apoyado a grupos terroristas dentro de Nicaragua que intentan socavar los programas populares de educación, medicina y otros programas sociales del movimiento socialista sandinista, incluso después de que el Congreso de Estados Unidos prohibiera explícitamente la práctica.
Según el diario nicaragüense Confidencial, el gobierno de Nicaragua declaró persona non grata a la embajadora de la Unión Europea en Nicaragua, Bettina Muscheidt, ordenándole que abandone el país. El informe proviene de “fuentes vinculadas al Parlamento Europeo.”
El gobierno nicaragüense la expulsó por “injerencia e irrespeto a la soberanía nacional” en nombre de la Unión Europea, según la fuente. Sin embargo, aún no ha emitido una declaración pública formal.
Injererencismo europeo
La noticia llega dos días después de que Charles Michel, delegado de la Unión Europea en las Naciones Unidas, usara la Asamblea General de la ONU (AGNU) para condenar al gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega y urgirlo a “devolver la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense” y “restaurar la democracia” en el país.
“La Unión Europea insta a las autoridades nicaragüenses a cumplir con sus propios compromisos, la Constitución de Nicaragua y las leyes y normas internacionales de derechos humanos”, dijo la delegación de la Unión Europea.
“Las autoridades nicaragüenses deben poner fin a toda represión, incluida la represión contra los opositores políticos, el clero, los medios de comunicación independientes, la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos, y garantizar el pleno respeto de los derechos humanos, incluida la libertad de reunión, asociación, expresión y religión o creencias”, agregaron.
Los estados occidentales se han opuesto al ascenso de Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde finales de la década de 1970, cuando el grupo socialista derrocó la dictadura de la familia Somoza respaldada por Estados Unidos e implementó un sistema de democracia popular. Cuando Ortega ganó la reelección en noviembre de 2021, Estados Unidos y sus aliados declararon nulos los resultados porque varios candidatos que participaron en disturbios instigados por grupos respaldados por Estados Unidos tuvieron sus candidaturas declararadas como ilegales. Estados Unidos implementó severas sanciones bajo los auspicios de la Nicaragua’s Adherence to Conditions for Electoral Reform (RENACER) Act.
En respuesta, Nicaragua comenzó a retirarse de grupos como la Organización de Estados Americanos (OEA), que está dominada en gran medida por las preocupaciones de política exterior de Estados Unidos, y expulsó a figuras y grupos acusados de trabajar con potencias extranjeras para socavar al gobierno nicaragüense.
Hablando en la ONU el Lunes, el canciller nicaragüense Denis Moncada Colindres condenó el “imperialismo colonialista” y los “bloqueos criminales … las agresiones, llamadas sanciones, ilegales, arbitrarias, ilícitas, que resaltan la perversión de un sistema y un modelo, imperialista y capitalista, que continúa y pretende continuar ‘castigando’ y desangrando al mundo.”
“Es hora de acercar los derechos de los pueblos a una Organización de las Naciones Unidas que nos represente a todos y que no se someta a los designios de ninguna potencia imperialista”, dijo Moncada. “Es hora de garantizar que la Carta de las Naciones Unidas, y tantas organizaciones que deberían servir para unirnos, sean válidas para todos y respeten los derechos de todos.”
Fuente: Sputnik