En la década de 1990, mientras que las naciones postsoviéticas eran débiles e inexpertas en el autogobierno, Estados Unidos tenía la astucia y los recursos para explotarlas, dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, a RT Arabic. Estados Unidos aprovechó su poder al establecer una red de laboratorios biológicos que Rusia cree que están llevando a cabo investigaciones militares, Lavrov explicó en una entrevista.
El colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dejó tras de si, naciones pobres y en la necesidad desesperada de las necesidades más elementales, lo cual las dejó abiertas para que Estados Unidos tomara ventaja, Lavrov dijo.
“Nuestros socios occidentales, por así decirlo, se movieron vigorosamente. Ellos ofrecieron sus servicios en todos los aspectos y se infiltraron en todas las áreas en los estados recién independizados. Enviaron asesores. Y ahora estamos viviendo lo que vino como resultado de esos tiempos”, dijo el ministro.
En particular, el diplomático se refería a los laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos que muchos países postsoviéticos albergan en su territorio. Operando bajo el paraguas de la Defense Threat Reduction Agency del US Pentagon, ellos llevan a cabo investigaciones biológicas.
Estados Unidos dice que la red es benigna y sirve para detectar e identificar patógenos emergentes que pueden representar una amenaza para la humanidad. Pero algunas naciones, incluida Rusia, creen que son instalaciones clandestinas de investigación de armas biológicas.
Las pruebas de la verdadera naturaleza de los laboratorios fueron descubiertas por el ejército ruso durante su ofensiva en Ucrania, dijo Lavrov, y agregó que Rusia no permitirá que el tema se deslice.
“Los experimentos que ellos realizan en esos laboratorios. Hace tiempo que nosotros sospechamos que no son pacíficos e inofensivos”, Lavrov dijo.
“Las muestras de patógenos que se almacenaron en los laboratorios ucranianos, el papeleo mostró claramente el carácter militar de los experimentos. Y los documentos dejaron en claro que hay docenas de estos laboratorios en Ucrania”, agregó.
Rusia quiere actualizar la Biological Weapons Convention, un tratado internacional de 1972 que prohíbe cualquier investigación, almacenamiento y uso de tales armas y que firmaron tanto Rusia como Estados Unidos. El acuerdo tiene un defecto importante al carecer de un mecanismo de verificación, similar al que utilizan el International Atomic Energy Agency o la Organization for the Prohibition of Chemical Weapons para garantizar el cumplimiento en sus áreas de no proliferación.
Estados Unidos ha estado obstaculizando una propuesta para establecer dicho mecanismo durante más de dos décadas, desde 2001, enfatizó Lavrov. “Ahora nos ha quedado claro por qué tomaron esta posición mientras creaban laboratorios biológicos militares en todo el mundo durante todos estos años”, Lavrov dijo.
Fuente: RT