La vicepresidente Kamala Harris anunció el 19 de Abril el compromiso de Estados Unidos de prohibir las pruebas de misiles antisatélite (ASAT) mientras visitaba la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg y pidió a otros que se subieran al carro de los Estados Unidos. ¿Qué hay detrás de la iniciativa espacial de la administración Biden?
“Yo diría que Estados Unidos es poco sincero cuando sugiere una prohibición de las pruebas antisatélite”, dice Bruce Gagnon, director de la Red Mundial contra las Armas y la Energía Nuclear en el Espacio. “Si Estados Unidos se tomó en serio la prohibición de las operaciones militares ofensivas en el espacio, ¿por qué el gobierno de los Estados Unidos durante al menos los últimos 25 años se ha negado a negociar en la ONU un tratado vinculante para prohibir todas las armas en el espacio? Cada año, Rusia y China han introducido un tratado de prohibición mundial de cualquier tipo de armas en el espacio. La declaración oficial de los Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo – ‘No hay necesidad de un nuevo tratado para prohibir todas las armas en el espacio porque ahora no hay ninguna en órbita. No hay problema.'”
El académico señala que, mientras que la Vicepresidente Harris denunció las pruebas antisatélite rusas y chinas como “imprudentes e irresponsables”, aparentemente olvidó que “especialmente desde que a principios de 2008 el US Pentagon lanzó la Operation Burnt Frost que usó un crucero de misiles guiados de la Marina para lanzar un misil SM-3 al espacio que derribó un satélite no funcional de la National Reconnaissance Office (NRO)”.
Estados Unidos destruyó el satélite NRO el 20 de Febrero de 2008 con el pretexto de “salvaguardar vidas humanas” al impedir la reentrada incontrolada en la atmósfera de la Tierra del satélite desaparecido. Cabe destacar que ocho días antes, China y Rusia presentaron un proyecto de Tratado sobre la Prevención del Emplazamiento de Armas en el Espacio Ultraterrestre y la Amenaza o el Uso de la Fuerza contra Objetos situados en el Espacio Ultraterrestre (PPWT – Prevention of the Placement of Weapons in Outer Space, the Threat or Use of Force against Outer Space Objects) a la Conferencia de Desarme (CD – Conference on Disarmament), el órgano permanente de negociación de tratados multilaterales de desarme del mundo. El 29 de Febrero de 2008, la Conferencia de Desarme examinó el proyecto. Sin embargo, Estados Unidos rechazó la propuesta, calificándola de “una estratagema diplomática de las dos naciones para obtener una ventaja militar”.
“La prueba antisatélite de 2008 de los Estados Unidos demostró que los buques de guerra de la Marina podían usar el misil SM-3 como arma antisatélite”, dice Gagnon. “Una vez más, Estados Unidos muestra al mundo su actitud excepcionalista de ‘hacer lo que digo’, mientras que Estados Unidos hace lo que desea y da lecciones a otras naciones sobre lo que deben hacer.”
El Dominio Espacial de los Estados Unidos y la Lucrativa Industria Aeroespacial
Estados Unidos lleva mucho tiempo buscando “dominio” en el espacio y desarrollando varias tecnologías de armas espaciales, destaca Gagnon. Estados Unidos creó armas antisatélite de ascenso directo totalmente capaces ya en 1963, varios años después del lanzamiento del Sputnik por la URSS el 4 de Octubre de 1957. Después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, los Estados Unidos se encontraron como la única fuerza militar en el espacio.
En 1997, el Comando Espacial de los Estados Unidos (USSPACECOM – US Space Command) esbozó la estrategia “Visión para 2020”, que buscaba la continua preeminencia de la nación en el espacio. Décadas más tarde, el 17 de Enero de 2022, NATO liderada por Estados Unidos publicó su política espacial “extraterritorial” diciendo que cualquier ataque espacial contra un aliado podría desencadenar la política de defensa colectiva de la alianza bajo el Artículo 5 del bloque.
“La reciente creación de la Space Force por parte de los Estados Unidos fue seguida poco después por un anuncio del US Pentagon de que se había creado el primer programa de Space Force ofensivo – un dispositivo de interferencia de satélites dirigido desde tierra que apagaría el satélite espacial de un adversario durante tiempos de guerra utilizando un haz de energía dirigida”, subraya Gagnon.
Según el académico, las “normas de conducta” no vinculantes o las “reglas de ruta” del espacio propuestas por los Estados Unidos son “escaparates para desviar la atención de su propia negativa descarada a concertar un tratado reconocido internacionalmente en la ONU para hacer ilegal que cualquier nación desarrolle, pruebe y despliegue armas en el espacio.”
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Gagnon argumenta que Estados Unidos “no tiene intención de cumplir ningún tratado vinculante que limite estos programas de armas espaciales ofensivas.”
“La industria aeroespacial se ha jactado durante mucho tiempo de que la carrera armamentista en el espacio será ‘el proyecto industrial más grande de la historia de la humanidad'”, dice el director del think tank. “Por lo tanto, la industria considera que las propuestas serias de tratados de prohibición del espacio son obstáculos clave que deben ser derrotados. Yo creo que las “normas de conducta” para el espacio son meras desviaciones estratégicas de los Estados Unidos para conseguir que otros firmen acuerdos “no vinculantes” con el fin de crear la imagen de Estados Unidos como defensor de la santidad del espacio, lo que seguramente no lo son.”
Republicanos y Demócratas como policías malos y buenos
El movimiento de la administración Biden para prohibir las armas antisatélite probablemente se desencadenó por el hecho de que Estados Unidos está perdiendo su continua preeminencia en el espacio, según el académico.
“Mientras Estados Unidos tenía ‘dominio’ en la tecnología espacial, estaba satisfecho de ser la única nación con capacidades antisatélite”, el dice. “Pero una vez que Rusia, China e India desarrollaron capacidades similares para sacar del espacio el satélite de un competidor, el US Pentagono comenzó a preocuparse.”
Gagnon sugiere que el US Department of Defence no descarta que en tiempos de hostilidades otros países puedan poner en peligro los “activos espaciales” de los Estados Unidos. “Por lo tanto, Estados Unidos está tratando de tomar el ‘terreno elevado’ de las relaciones públicas al anunciar reglas de circulación no vinculantes para el espacio”, señala el académico.
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Sin embargo, la decisión de la White House ya ha provocado una gran cantidad de críticas desde el lado derecho del pasillo político de los Estados Unidos. Los republicanos argumentan que”esta decisión crea más oportunidades para que China y Rusia mantengan en riesgo nuestros activos en el espacio”.
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“A los demócratas y republicanos les gusta jugar a ‘policía bueno-policía malo’ para el entretenimiento de los votantes estadounidenses”, dice Gagnon. “Pero al final siempre encuentran consenso cuando se trata de desarrollar programas militares que le dan a los Estados Unidos la capacidad de reclamar el dominio en la tierra, el mar, el aire por encima de nuestras cabezas o en el espacio exterior.”
Fuente: Sputnik
