Rusia cesó formalmente su participación en el Open Skies Treaty el Sábado, lo hizo después de que los aliados europeos de Estados Unidos (NATO) no le dieran a Rusia garantías férreas de que la información recopilada durante los vuelos de observación sobre territorio ruso no sería entregada a los Estados Unidos.
Rusia notificó su intención de retirarse del Open Skies Treaty en Junio, tras el anuncio de Mayo de 2020 de la administración estadounidense de Trump de que renunciaría al acuerdo. Firmado en 1992 y que entró en vigor en 2002, el Open Skies Treaty fue uno de los varios tratados de “fomento de la confianza” concertados entre los antiguos rivales de la Guerra Fría.
En una declaración emitida al respecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que sin la participación de Estados Unidos y Rusia, la efectividad del tratado disminuiría drásticamente.
“Respetamos la decisión de los Estados participantes que permanecen en el Tratado de continuar su aplicación. Les deseamos una colaboración constructiva y fructífera. Sin embargo, es obvio que sin la participación de Estados Unidos y nuestro país, la efectividad del Open Skies Treaty disminuirá drásticamente: el área de aplicación disminuirá en aproximadamente un 80 por ciento, y el número de misiones de Open Skies (Cielos Abiertos) planeadas para 2022 disminuirá severamente”, dijo el ministerio.
“La plena responsabilidad por la degradación del acuerdo Open Skies recae en el iniciador del colapso del Tratado Open Skies: los Estados Unidos de América”, dijo el ministerio. Los esfuerzos de Rusia para preservar el acuerdo resultaron en vano, cayendo víctima “de la lucha interna de varios grupos de influencia en los Estados Unidos, en la que los hawks (halcones) tomaron el control” y tomaron un rumbo hacia la destrucción de los principales acuerdos de seguridad con Rusia, agregó el ministerio.
El ministerio destacó que la decisión de Rusia de retirarse del tratado “no se tomó sin dificultad”, sino que finalmente se hizo después de sopesar los cálculos de las implicaciones para la seguridad internacional.
Durante su participación en el tratado, Rusia realizó 646 vuelos, y permitió que se realizaran 449 vuelos sobre su territorio entre los 1,580 vuelos totales realizados. Los aviones de Rusia se convirtieron en los primeros en cambiar a equipos de vigilancia digital en el marco del tratado.
“Décadas de implementación fructífera del Tratado Open Skies demostraron que sirvió bien como una herramienta para fortalecer la confianza y la seguridad, creando oportunidades adicionales para una evaluación objetiva e imparcial del potencial militar y las actividades militares de los Estados participantes”, subrayó el ministerio.
Bajan cortina de Hierro: Cielos Cerrados
El Tratado Open Skies se negoció, firmó y ratificó en 1992, y entró en vigor en 2002, convirtiéndose en una de las numerosas medidas de fomento de la confianza entre antiguos adversarios de la Guerra Fría tras el colapso de la Unión Soviética. El Tratado permitía a los Estados miembros recopilar libremente información sobre las fuerzas y actividades militares de los demás de forma programada, utilizando aeronaves de vigilancia especialmente designadas.
En su apogeo, los miembros del tratado incluían 34 miembros, entre ellos Rusia, Estados Unidos, Bielorrusia, Ucrania y Georgia, la mayoría de los aliados europeos de NATO, Finlandia, Suecia y Canadá. En mayo de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Estados Unidos se retiraría del acuerdo sobre la base de supuestas “violaciones repetidas” de sus términos por parte de Rusia. El Kremlin desestimó las acusaciones y señaló supuestas violaciones del tratado por parte de los propios Estados Unidos. Estados Unidos completó formalmente su retiro del acuerdo en Noviembre de 2020.
Estados Unidos confirma oficialmente que abandona el Open Skies Treaty
Rusia inicialmente intentó salvar el tratado, diciendo que se mantendría si los estados restantes (la mayoría de ellos aliados de Estados Unidos en NATO) podían proporcionar a Rusia garantías firmes de que no transferirían ningún dato obtenido durante los sobrevuelos al US Pentagon. Los demás participantes de NATO se negaron a hacerlo.
En Enero de 2021, Rusia dijo que la decisión de Estados Unidos de desechar el acuerdo alteraba el equilibrio de intereses de los participantes restantes, y anunció planes para retirarse. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, insinuó que Rusia reconsideraría de inmediato su decisión si la administración entrante de Biden se movía para regresar a los Estados Unidos a la plena aplicación del tratado. El candidato Biden había categorizado la retirada de Trump del Tratado Open Skies como un “error”, pero no hizo nada para rectificar la decisión después de asumir el cargo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó formalmente un proyecto de ley por el que se renuncia al Tratado Open Skies en Junio de 2021, y Rusia dio el aviso necesario de seis meses para la retirada a los miembros restantes.
Tras la salida de Rusia del tratado, no está claro qué hará Bielorrusia – aliada de Rusia en el marco de la Alianza Collective Security Treaty Organization (CSTO). Bielorrusia ha indicado anteriormente que se estudiará cuidadosamente su participación continua en consulta con Rusia. Si Bielorrusia sigue a Rusia y se retira, las únicas potencias no pertenecientes a NATO que quedan en el tratado serán Finlandia y Suecia. A principios de este mes, el presidente finlandés Sauli Niinisto dijo que su país conserva “la opción” de unirse a la alianza NATO.
El Tratado Open Skies es uno de los múltiples acuerdos de seguridad post-Guerra Fría abandonados por Estados Unidos en las últimas dos décadas. En 2002, Estados Unidos abandonó el Anti-Ballistic Missile Treaty de 1972, lo que llevó a Rusia a desempolvar los planes de la era soviética para el desarrollo de sistemas de armas hipersónicas (el primero de los cuales entró en funcionamiento en 2017).
Estados Unidos se retira formalmente del tratado nuclear INF de 1987 con Rusia
En 2019, la administración Trump se retiró del Intermediate-Range Nuclear Forces Treaty (INF) de 1987, que prohibió el desarrollo, la producción y el despliegue de misiles en el alcance de 500 a 5,500 km. En 2020, Trump amenazó con dejar que se agote el reloj del New Strategic Arms Reduction Treaty (New START), el último acuerdo nuclear importante que queda entre Rusia y Estados Unidos, a menos que se incluya el arsenal nuclear de China. La administración Biden revirtió la posición de Trump sobre el New START en el último minuto, acordando extenderlo por cinco años en enero de 2021.
Fuente: Sputnik